octubre 06, 2011

Nobel de Literatura para un poeta

El último poeta que ganó el Nobel de Literatura, que recuerde que sea reconocido esencialmente como poeta, fue Wisława Szymborska (anoto la corrección que alguien me hizo, pues equivocadamente había puesto Naipaul. Gracias). Así que me alegra que el Nobel de Literatura de este año fuera concedido a un escritor reconocido esencialmente como poeta, y del cual no tenía noticia ninguna.

Y mi alegría incluye el descubrimiento de la poesía de Tomas Tranströmer, una poesía en la que me he detenido desde la mañana de hoy y que no me ha dejado indiferente, sino llena de algo que llamaría "alegría de lo poético". Precisas palabras, precisas y subjetivas figuras que, sin embargo, tienen el peso de cada letra como un mortero que te golpea en algo esencialmente tuyo.

Alegría para celebrar este premio también por la historia detrás de este poeta, de su manera de ver y verse con el mundo.

Este es un adelanto de una entrevista que el periódico español El País publicó hoy: "Un poema no es otra cosa que un sueño en la vigilia"

Comparto dos poemas de él que me han encantado, uno publicado en la nota sobre el premio en el periódico El País, y otro en una página que recopila algunos de sus poemas.

Allegro

Toco Haydn después de un día negro

y siento un sencillo calor en las manos.

Las teclas quieren. Golpean suaves martillos.

El tono es verde, vivaz y calmo.

El tono dice que hay libertad

y que alguien no paga impuesto al César.

Meto las manos en mis bolsillos Haydn

y finjo ser alguien que ve tranquilamente el mundo.

Izo la bandera Haydn -significa.

"No nos rendimos. Pero queremos paz".

La música es una casa de cristal en la ladera donde vuelan las piedras, donde las piedras ruedan.

Y ruedan las piedras y la atraviesan

pero cada ventana queda intacta.

Del libro El cielo a medio hacer (1962), incluido en la antología Deshielo a mediodía (Editorial Nórdica). Traducción de Roberto Mascaró.

Abril y silencio
La primavera yace desierta.
La zanja, oscura como terciopelo
se arrastra junto a mí
sin espejeos.

Tan sólo irradian
las flores amarillas.

Soy llevado en mi sombra
como un violín
en su caja negra.

Lo único que quiero decir
reluce fuera de alcance
como la platería
en la casa de empeños.

Traducción Roberto Mascaró. Pueden leerse junto con otros poemas aquí

Actualización 1: Esta es la entrevista completa al nuevo Nobel, en el periódico El País.

Actualización 2: Como es costumbre, siempre se le pregunta al Nobel de Literatura del año anterior su apreciación sobre el reciente ganador del reconocimiento. Mario Vargas Llosa fue muy sincero en sus declaraciones, y para algunos que se dieron por el pecho y clamaron que el agua entrara a la tierra por lo que dijo...recuerden que nadie es infalible: Vargas Llosa: “Tengo que confesar que no lo he leído”

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