octubre 25, 2018

Visita a librerías en Estados Unidos (I)

Estuve tres semanas en Estados Unidos. Es la primera vez que viajo a este país del norte de América, que tiene un peso fundamental en mi vida, con una familia materna que vive casi en su totalidad allá, incluyendo a mis padres.

Y como en todo viaje que he hecho fuera de República Dominicana, trato de visitar librerías, o tienda de libros como sería la traducción literal del término desde el inglés (bookstore). En este viaje, que formó parte de una beca de intercambio cultural y de formación auspiciada por el gobierno de Estados Unidos, visité varias ciudades, en específico fueron cinco.

En cada una de ellas traté de visitar una librería, aunque no lo logré en tres de ellas: Kalamazoo y Grand Rapids, ambas en el estado de Michigan, y en Tampa,; aunque en Kalamazoo tuve la oportunidad de ir a una biblioteca pública a una actividad del programa en el que participé.

Les comentó un poco ahora sobre las librerías a las que fui y los libros que compré.

1. Washington
Llegué un sábado y ese mismo día, junto a un colega, me dispuse a caminar a Georgetown. A pocos metros del hotel, que queda en la avenida Pennsylvania, la misma que cruza frente a la Casa Blanca, encontré la primera librería.

Bridge Street Books


Me llamó la atención porque tenía libros en especial baratos en una mesa. Revisé y no encontré nada en español. Dentro había muchos libros de corte político, en especial los últimos publicados sobre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Tiene dos pisos, los libros son nuevos (no vende de segunda mano). Curioseé un poco, toque algunos libros. 

Capitol Hill Books



Y con varios días en la ciudad de Washington, que no me moví del Distrito de Columbia, uno de los interpretes y acompañantes del grupo del programa, Nathan, me llevó a Capitol Hill Books. Ubicado en una casa muy antigua, hay libros hasta el techo, y en algunas zonas sientes que los estantes se te vienen encima. 

De las cosas que más me gustaron es que tienen señalizaciones escritas a mano pegadas en distintos sitios para guiarte en medio de ese "jungla" de libros, todos de segunda mano. Lo que no me gustó: los libros en otros idiomas distintos al inglés están... en el baño.

Lo explico mejor en este vídeo y allí compré uno de los libros de los tres que traje de este viaje.




Second Story Books



Esta librería me encantó. Libros de segunda mano en excelentes condiciones. Y algo mucho mejor: venden reliquias, que van desde documentos, fotos, primeras ediciones de libros y libros autografiados por sus autores. 

Robert, otro de los interpretes que me llevó a esta librería, me dijo que habían vendido por miles de dólares una edición de "La Historia me absolverá", con la firma de Fidel Castro. En mi visita observé un libro sobre Diana de Gales, autografiado por ella, que estaba en venta a 1,500 dólares.

Además, es un gusto recorrer esta librería. Tiene un olor agradable, está bien iluminada, tiene objetos de colección también en sus estantes, llegué a ver unas figuras precolombinas que supuestamente procedían del Caribe. Compré aquí un libro de crónicas del chileno Jorge Edwards.

El dependiente tuvo la cortesía de sacar de uno de los estantes la primera edición de Reino Unido de "Matar un ruiseñor", con el autógrafo de su autora, Harper Lee. 





2. Boston

En mi siguiente parada, Boston, tuvo pocos días para poder caminar en la ciudad, y muchas actividades programas. Además de que me pasé un fin de semana con mi familia en la ciudad de Peabody, en Essex, otro condado de Massachusetts. Así que solo pude ir a una librería y lo hice acompañada de Massiel Torres Ulloa, una chica dominicana que hace un doctorado en Lengua Romances en la universidad de Harvad. 

Trident Booksellers

Extraños jabones en la librería
Libros nuevos y muy caros. Nada en español. Me explicó Massiel que meses atrás había sido afectada por un incendio. Además de los libros, muchos de ellos con temas originales y de escritores de muy actuales, con novelas gráficas incluidas, según me explicó Massiel, que también me dijo que en el lugar se hacen presentaciones de libros y otras actividades culturales.

Los objetos raros y curiosos de venta estaban en todos los lugares. De ahí me traje, como un regalo de Massiel, un velón con el rostro de Albert Einsten. 

El pequeño restaurante y bar dentro de la librería esta de lo más bonita. Allí bebí vino de lata (¡Cómo se atreven!)