mayo 23, 2006

Alas en el corazón


A un caminante amigo

A veces los pasos se nos marchitan. Cansados de los límites, de las preguntas, de los acertijos…se nos acorta la vista y el lienzo de nuestros horizontes se diluye entre las horas que martillan el camino.

Tocamos la noche sin estrellas y se nos muere la poesía, lentamente, mientras cerramos el alma. Nos detenemos, nos entretenemos en las vitrinas, en las cosas que no son y nos llenamos de vaciedad.

Pero hay algo que nos sobrevive, que continua a pesar nuestro. Y cuando lo encontramos, volvemos a tomar los pinceles para pintar el horizonte, colocamos las estrellas en la noche y encontramos nuestros versos…y los del otros.

Entonces emprendemos nuevamente el camino, ya no con los pies, sino con las alas que nos nacen en el corazón.

mayo 05, 2006

Un libro

Me atrapa bajo el susurro de los secretos que guarda en su vientre. Acaricia mis manos, mientras un bullicioso color se derrama en su silencio, y descubro más allá de mí, el sabor de otro canto, que despacio y sin aviso, se cuela en mis pupilas.

Ahora desaparece mi frontera. Abro mis puertas y recibo los pasos lejanos de las palabras, las mías y las ajenas, que llegan llanas, transparentes, encendiendo las sombras. Las tomo prestadas, las ensarto a mi voz, a mi presente.

Paso a paso, nacen alas en mis dedos y viajo en la tinta que, esparcida en su horizonte, conmueve mis certezas. Y soy viento, música, lamentos, sonrisas…y regreso, cargada de flores, para reencontrarme en el punto final de su última página.