mayo 22, 2010

Sustantivo y Adjetivos

"El sustantivo es la virtud; el adjetivo, el vicio. Como el vicio, el adjetivo nos atrae, sensual, chocante, femenino. ¡Y caemos en él tan a gusto, tan a gusto, tan a gusto! Toda la obra está llena de adjetivos como la vida de caídas. Frente a la aurora, uno se propone no caer, pero ¡quién puede liberarse de las redes de la siesta, del ocaso, de la noche! El sustantivo es la verdad propia. El adjetivo es lo otro, los otros, otro todo, todo, todo."

Juan Ramón Jiménez (España, 1881-1958), Premio Nobel de Literatura en 1956.


Tomado del Boletín No. 12 de LibrosenRed, editorial digital que cumple hoy 10 años de existencia.

mayo 15, 2010

Libros y masas

Tengo pendiente escribir sobre la recién pasada Feria Internacional del Libro 2010, que para mis disgusto personal en su edición del próximo año traerá como país invitado al Vaticano...si...mejor no comento nada. (Si le dan al enlace sobre el nombre de esta nación-estado religioso ya sabrán lo que pienso).

Pero en lo que me animo, si es que me animo a decir algo (de lo bueno y lo no tan bueno), les dejo esta entrevista del presidente de la Feria Internacional del Libro de Puerto Rico, José Carvajal. Lo que dice llama a reflexión, sin lugar a dudas.

mayo 07, 2010

Un aniversario más

Una parte de mi pequeño mundo: Mi escritorio


Con todo el ajetreo de este recién pasado mes de abril, incluyendo las expectativas y compromisos en la Feria Internacional del Libro, olvide que este blog cumplió un año más de vida.

Cuatro años y fue en abril. Creo que lo tenía pendiente para el post de la Rifa Literaria y me detuve sólo en el primer año de publicación de Mudanzas, que también fue en abril.

¿Qué les digo de este blog? Una puerta por donde han salido las palabras, las mías, hijas de tantos silencios. También por donde han entrado otras palabras, las que ustedes me regalan en sus comentarios, además de los muchos ojos que en silencio toman esas hijas mías como traviesas huéspedes de un instante.

Podría decir, además, que este espacio virtual es un puente, por donde cruzo de alguna manera más allá del espacio que me acompaña, a veces en mi trabajo y otras en mi querido escritorio. Ustedes también cruzan y aprovecho este momento para expresar mi agradecimiento por sus palabras, sus alientos, sus presencias en estos bits que se extienden a estos instantes de mi vida. Gracias.

Les dejo un pequeño poema. Lo escribí en septiembre del año pasado y es una especie de ejercicio de palabras repetitivas. Les confieso que cuando lo leo me da algo de risa.

Redondeo

Algo de mí
que ya no soy
recuerda
eso que ya no eres
pero que fuiste
cuando yo era
eso de mí
que ya no es.

mayo 02, 2010

Carlos Fuentes




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A Graciela Barrera y Magda Díaz

No he leído a Carlos Fuentes. Si he escuchado hablar sobre él y he leído artículos referidos a él y a sus novelas y cuentos. Pero siempre relegue la lectura de sus libros hasta nuevo aviso, mientras otros apremiaban mi atención.

Resulta que lo invitaron a la Feria Internacional del Libro de este año. Caramba, yo quería que invitaran a José Emilio Pacheco. Pero, no. Invitaron a Carlos Fuentes y el dictaría una conferencia. Así que mi curiosidad literaria me motivo a poner en agenda esa actividad. No todos los días puedes conocer o al menos escuchar a un monumento viviente de la literatura, aunque no hayas leído uno solo de sus libros.

Gajes del atraso
Detesto ir a la FIL los fines de semana. Es caótico. Demasiadas personas hablando, caminando, comiendo…pocos con libros en la mano. Pero este sábado me movieron dos cosas: Carlos Fuentes y el compromiso de una lectura en el Pabellón de Autores Dominicanos.

El cálculo. Lectura: 7 de la noche. Carlos Fuentes: 8 de la noche. “Bien”, me dije. Luego de sortear las atestadas vías de la Plaza de la Cultura (Juro que no pude ver a más de 10 personas con libros comprados en las manos), llegue media hora antes a mi compromiso de lectura.

Unos pasos antes del pabellón me encontré con mi amiga y colega Patricia Minalla. Me advirtió que debíamos llegar temprano al Teatro Nacional para la conferencia de Fuentes. Mire dentro del pabellón. Un grupo de mujeres leía poesía. Entre un momento. “¡Soy demasiada mujer, para tus ganas”! Decía, micrófono en mano y con una voz bastante sexual, una joven que vestía un mini vestido…muy mini. Salí despavorida a verla contornearse como si en vez de un poema estuviera interpretando una canción de la Lupe.

Era un grupo de escritoras de la diáspora, léase dominicanas que viven Estados Unidos. Luego de conversar con Patricia y saber que se iría, tuve que aceptar que probablemente no llegaría a tiempo para ver a Fuentes. Resignada volví a entrar cuando vi que las escritoras habían finalizado, incluyendo la del mini vestido…muy mini. Salude a varios conocidos y por fin conocí a Farah Hallal, una de las poetas que me acompañaría en la lectura.

Casi me da un paro cardiaco cuando me entere que habría un pequeño concierto antes del recital. ¡No puede ser! Escuche las canciones sin prestar atención. Unos quince minutos después, Amaro Valentín nos llama a Farah y a mí al leer. Me olvide de Fuentes un momento. Luego, más canciones. Me quede a escuchar a los chicos del Taller Literario A viento frío. Excelentes.

Ocho y media. Huí. Llegue jadeando a la puerta del Teatro Nacional. Estaban cerradas.

Un motín conveniente
Lo sabía. Cerca, un hombre caminaba para arriba y para abajo con un celular. Hablaba enojado. Llego otro joven acompañado de una niña. “¿No podemos entrar?”, me preguntó. Le dije que al parecer no. El señor del celular se me acerca. “Yo deje a mi esposa y a mi hija dentro y fui a parquear. ¡Dure media hora buscando parqueo! Ahora no me quieren dejar entrar”.

Tocamos la puerta. Nada. El señor del celular insistía. Llegan dos señoras, ataviadas de tal manera que no pude evitar sonreír por dentro. Mucho maquillaje, peinados elaborados y muchas joyas. Empezaron a protestar también. Me uní al motín con la esperanza de entrar.

El señor de la puerta nos dijo que tenía órdenes de cerrar puntual. Yo me uní al coro, y lo motive, reclamando que esta actividad no era un concierto y además los parqueos eran un infierno allá afuera. Observó al grupo. No le quedo de otra que abrir las puertas. Parece que las damas y un caballero que las acompañaba no eran “gente de a pie”. Sonreí.

Carlos Fuentes
La sala Eduardo Brito estaba atestada pero en silencio. El ministro de Cultura hablaba. En el escenario había un juego de sillones. En uno de ellos, el más largo, estaba sentado un señor que reconocí de entre los amotinados en la puerta y cuyo rostro he visto en alguna parte. A su derecha, estaba el escritor Pedro Antonio Valdez. De frente a Pedro estaba sentado Carlos Fuentes. Entre todos, una maceta con una palma verde y solitaria completaba el decorado.

El ministro, Rafael Lantigua, se descuajaba en halagos. “Conté 45 libros de Fuentes en mi biblioteca”, le oí decir. No dudo que el escritor mexicano contara con esa cantidad de libros, dude de lo otro. Lantigua finalizó presentando a Fuentes.

Traje negro. Cabellera blanca. Alto, no tanto. Delgado. Una voz fuerte. Sus 82 años parecen no hacerle mucha mella. Habla de novelas y revolución. “Las revoluciones comienza a combatir tiranías y luego se combaten a si mismas”, dice antes de hablar sobre la novela “Los de abajo” a la que califica de épica del desencanto.

Apunta que esta novela, de Mariano Azuela, es un retrato crítico de la revolución durante la revolución. Se refería a la de 1910. Los nombres de Villa y Zapata me recuerdan una que otra lectura. Intercala comentarios que arrancan risas y aplausos. “‘Ya’ es el adverbio preferido de los mexicanos. Ya se murió este. Ya está…Dicen que cuando murió Lenin un periódico mexicano publicó la noticia en portada con una sola palabra: Ya”.

Luego habla sobre “La sombra del caudillo”, de Martín Luis Guzmán. Señala de ella su prosa diáfana, su retrato de un poder político inseguro, de la violencia y la traición. Dice que se dice que “la revolución se baja de un caballo para montarse en un Cadillac” y que esta novela expresa esa transición.

“Al filo del agua”, una novela de Agustín Yáñez es la que continúa en sus comentarios. Novela coral, afirma, que rompe con lo real y utiliza el monólogo interior (menciona a Virginia Woolf). “La historia no tiene más espejo que el pasado”, apunta. Un joven se le acerca con un vaso de agua. Él lo toma en sus manos y se percata que el podium no tiene lugar para poner a reposar el vaso. Toma agua y le devuelve el vaso al joven. Ni modo.

Al fondo se escucha un estornudo…y dos más. Algunos celulares suenan (ah, la tecnología que nos roba el presente). También una carcajada solitaria se levanta de entre el público (no sé si se reía de algún comentario de Fuentes, que sólo a esa persona le hizo gracia, o de algún chiste personal).

La última novela fue Pedro Paramo, de Juan Rulfo. Apunta la conjugación de los géneros literarios mexicanos en ella, su representación de la novela moderna, lo que entiende en ella como tiempos simultáneos que no respetan las distancias entre sus páginas y su misterio de muerte como el origen de la vida. “La muerte es parte de la vida. Todo es vida”, expresa.

“Leer esta novela es como leer nuestra propia muerte”, explica. Hace una anécdota sobre él y Rulfo en un avión que “en vez de ganar altura parecía perderla”. Del comentario que dice Rulfo le hizo sobre la posibilidad de morir en ese momento. Finaliza y un aplauso prolongado, fuerte y emocionado del público lo abraza.

Fuentes y yo
Afuera la gente habla y comenta. Patricia y yo nos volvemos a encontrar. También veo a Frank Báez. Hablamos. Otras amigas y colegas me saludan: Jennifer Rodríguez y Lery Laura Piña. Patricia y los demás se alejan. Frank y yo continuamos la conversación sobre el alto precio de los libros en la FIL, la casi inexistente motivación por la lectura…una fila llama la nuestra atención.

“¿Están dando vino?”, pregunta Frank. Pero no, la fila es para que Carlos Fuentes autografíe libros de su autoría. En una mesa venden sus libros. Mi presupuesto es poco pero creo que alcanza para uno. Su última novela, Adán en el Edén, está a 490 pesos. Cuento mis billetes. “Esto menos el taxi para regresar a casa…no me alcanza”. Veo un libro de cuentos: 200 pesos. Es el elegido.

Formó fila. Frank sigue detrás de mí. Compró también un libro, no se le ocurrió traer uno de los de Fuentes que tiene en su casa. Por fin llego y estoy frente a él. “Un gusto”, me dice. “Es un placer, señor Fuentes”, le digo. “¿Su nombre?”, me pregunta. “Argénida”, le digo lo más claro posible. “¿Así, tal como se pronuncia, Ar-gé-ni-da?”, me responde acentuando cada sílaba de mi nombre. “Si”, le digo. Escribe mi nombre y su firma en un ejemplar de Cuentos Naturales. Le doy la mano y sonríe. Doy la vuelta.

Si, acabo de conocerlo, de escucharlo. Un monumento viviente del mundo literario. El primer libro que leeré de él tiene su firma. Un privilegio.

mayo 01, 2010

Esquina Joven del periódico Hoy

La semana pasada estuve compartiendo con los poetas Petra Saviñón, Eloy Tejera, Lery Laura Piña, Alexei Tellerías y Frank Ulloa en la Esquina Joven del periódico Hoy, que se realizó en esta ocasión en el Pabellón Juvenil de la Feria Internacional del Libro.

Bonita experiencia, sobre todo por compartir con los estudiantes y conocer sus inquietudes sobre la literatura. Leyendo el artículo veo que me copiaron mal la frase que dije de Cervantes: "Quien lee mucho, va mucho y sabe mucho".

Gracias a Tania Hidalgo por la invitación. Aquí les dejo la nota:

ESQUINA JOVEN EN LA FERIA DEL LIBRO 2010
30 Abril 2010, 11:14 PM
Jóvenes poetas creen la lectura es fundamental para poder escribir

Afirman que el leer permite una visión general de la realidad y hace racional y sensible

Escrito por: TANIA HIDALGO (t.hidalgo@hoy.com.do)

Desde temprana edad sintieron inclinación por la lectura, inducidos por sus padres o abuelos, lo que los llevó a descubrir un “mundo mágico” que años más tarde han ido exteriorizando, a través de sus textos literarios.

Escribir es una especie de escape o desahogo ante situaciones que “vivimos, percibimos, observamos o soñamos”, afirmaron seis jóvenes escritores dominicanos, al abordar diferentes tópicos relativos a su vinculación con la literatura. Seguir leyendo

P.D. Una foto que tome al final de la actividad y otra mía cuando hablaba con el público: