mayo 23, 2006

Alas en el corazón


A un caminante amigo

A veces los pasos se nos marchitan. Cansados de los límites, de las preguntas, de los acertijos…se nos acorta la vista y el lienzo de nuestros horizontes se diluye entre las horas que martillan el camino.

Tocamos la noche sin estrellas y se nos muere la poesía, lentamente, mientras cerramos el alma. Nos detenemos, nos entretenemos en las vitrinas, en las cosas que no son y nos llenamos de vaciedad.

Pero hay algo que nos sobrevive, que continua a pesar nuestro. Y cuando lo encontramos, volvemos a tomar los pinceles para pintar el horizonte, colocamos las estrellas en la noche y encontramos nuestros versos…y los del otros.

Entonces emprendemos nuevamente el camino, ya no con los pies, sino con las alas que nos nacen en el corazón.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Por qué no agregar el titulo de cada entrega al email que envías?

Parece que no duermes mucho.. que estas publicando artículos a las 2 de la mañana..

Bye, Caminante...

Anónimo dijo...

Bellisimas imágnes en ese texto, lindisima página, eres una luz en el camino, Angies

Anónimo dijo...

Manita, espero q cada dia Dios te siga dando mas sabiduria para q puedas seguir creciendo. Muy lindo todo lo q escribes.

Cocuyo dijo...

En los cientos de viajes que realizamos hacia el sur, hacia el este, hacia el oeste y por supuesto hacia el norte; siempre habrá un tramo que nos marcara, que no podremos olvidar. En el recorrido de este viaje llamado vida, hace tres años -el caminante- inicio unos de estos al conocer a una caminante. Hace unos meses, la vida volvió a colocarlos en caminos separados, pero siempre, como dije al principio, recordaran, reirán, lloraran, cada vez que una simple chispa de aquel camino, asalte sus pensamientos.