"Stat rosa pristina nomime, nomina nuda tenemus". ("De la primitiva rosa sólo nos queda el nombre, conservamos nombres desnudos"). El nombre de la Rosa, Umberto Eco.
octubre 17, 2010
Tulio Cordero
Tulio Cordero es sacerdote. Claro, no un sacerdote de esos de Opus Dei. No. Un sacerdote claro, rebelde, humano. Amigo y un ser humano grande por dentro, donde es importante ser grande.
También es escritor y uno muy bueno. A él le debo mi primer acercamiento a la poesía. Hoy leo sobre él en una entrevista publicada en el periódico Hoy y hecha por otro escritor y colega, Luis Martín Gómez.
Desde hace años es misionero en Papua, Nueva Guinea. De esa experiencia habla, además de su poesía.
"Como los hombres del Renacimiento, Tulio Cordero tiene muchos talentos. Además de escribir, pinta bastante bien y toca con calidad notable guitarra y clarinete. En Papúa, se unió a los músicos tribales para dinamizar la liturgia y realizó trabajos de decoración pintando escenas locales y pasajes bíblicos, uno de los cuales fue la Última Cena, en la que, un poco a la manera del posimpresionista Paul Gauguin, vemos a Cristo sentado a la mesa junto a 12 niños papúes".
Aquí la entrevista.
Dialogo con Tulio Cordero. “La salvación está aconteciendo”
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