enero 15, 2023

15 de enero

El terreno de la creación es siempre inhóspito. No sé de qué hablan cuando hablan de inspiración. Escribir es patear, romper, rasgar y gritar. El agotamiento, después de hacer todo eso, es lo hermoso. 

***

Abrir espacios, a codazos. Deseo que sea su deseo tocar el piano. Lo admiro, nunca tuve oídos para la música. Él, sin embargo, copia lo que escucha en las teclas, sino otra instrucción que una especie de talento que creció en él mientras habitaba mi vientre. Pero esto, de desear y admirar, es un tejido que nos une. Mi madre alguna vez me dijo que no entendía de quien heredé mi impulso de escritura. "Nadie es escritor en esta familia", me comentó de forma descuidada. Supongo que alguna vez se ha preguntado en qué momento de esos nueve meses (más o menos) en el que estuve dentro de ella me surgió ese impulso. ¿Me admira?

No sé si el oído para la música y el impulso para escribir tenga el mismo origen. Quizás sean polos opuestos, eso que que se repele para que lo familiar no nos desteja. 

2 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Veo que tú también sigues Argénida.
Me alegra volver a leerte.
Escribes bien y con profundidad.
Nunca derrochas las palabras.
Cada frase merece una reflexión.

Como no tengo oído para la música no puedo opinar si comparte origen con el impulso de escribir... pero reconozco que mi falta de oído musical siempre me ha disgustado.

Argénida Romero dijo...

Toro Salvaje, gracias por comentar. Es bueno seguir reconociéndonos por estos cementerios, nosotros, los muertos vivientes.