Pero las veces que fui lo hice dirigida a actividades específicas, esas que suelen ser poco promocionadas y que guardan lindas sorpresas y muchas enseñanzas. Este año, contrario a otros, vi con más ahínco estudiantes con libretas y móviles, anotando y grabando...obligados por las asignaciones escolares. ¿Bueno? ¿Malo? ¿Necesario? No tengo respuesta a eso, aunque sin duda ayudaba a que las actividades estuvieran con pocos asientos vacíos.
Sin embargo, me tocó estar en dos actividades que expresaban los polos opuestos de está tendencia del público en la FIL2017. Ambas el mismo día, con la lluvia en sus buenas. Una protagonizada por un poeta chileno y la otra por un narrador cubano. Una casi vacía y otra con el lleno a capacidad.
El poeta
El poeta era Raúl Zurita. Nunca he leído ningún poema de él, pero fui a la puesta en circulación de un libro de él en la FIL2017 por curiosidad. Algunas personas me habían dicho que era un poeta importante, relevante, aunque no me daban mayores señas.
Entré al salón con dos acompañantes. Hablaba el presentador del libro. Exponía una reseña muy intimista del autor, una especie de análisis critico de su obra (critico en el sentido de lo buena que era su obra, claro). A los pocos minutos mis acompañantes se fueron. Me quedé.
Zurita estaba en la silla del extremo izquierdo. Encorvado, con la cabeza baja. Me pareció una figura triste, una especie de Quijote derrumbado. Ansiaba escucharlo. Mire a mi alrededor y conté los que estaban en la sala junto conmigo: 10 personas.
Cuando por fin llegó el turno de Zurita traté de ponerle atención...pero fue difícil. Su voz era atropellada, y como leía sin mirarnos, sentado, encorvado...la voz del poema se perdía. Hice un esfuerzo, logré apreciar una parte del poema. Esa parte me gustó.
Luego, tras un comentario en Facebook, supe que está muy enfermo. Se me reclamó la dureza con que juzgaba su lectura. Puede ser, sí, que sea algo literal con algunas descripciones que "metaforizo". Dije "atropellaba el poema como dos patanas chocando en la autopista Duarte". Pero eso me pareció en algunos momentos. Lo extraño que la gente que me reclamaba no estuvo ahí para escucharlo, para verlo, para apoyarlo si querían. Estaba yo, y otras diez personas, quizás doce en algún momento.
Al final de su lectura me gustó que esos poquitos fans se arremolinaran a su alrededor, aunque no sé si era solo para el selfie o para lograr tener un libro de él con su autógrafo. Quizás para ambas cosas.
Les dejo un vídeo corto que grabé. No está muy bien hecho, pero recupera un momento de su poema, que hablaba sobre Mozart, el silencio, la música y el desierto.
El narrador
El narrador era Leonardo Padura.
No, tampoco lo he leído. Me lo han recomendado una que otra vez. Se que hay una serie en Netflix basada en la historia de sus libros sobre un detective en La Habana (él es cubano) que se llama Conde.
Ahí si que estaba el salón lleno, a pesar de la lluvia. Sin duda, tiene muchos fans dominicanos. Algunos cubanos entre el público que viven en República Dominicana desde hace años.
Su entrevistador, que a veces se extendía en explicaciones innecesarias y circulares, le preguntó sobre cine, libros, racismo y otros temas...fue interesante, aunque tuve que marcharme antes de que finalizará.
Estas son algunas frases que anoté de Padura.
-"Hay que darle una brecha a lector". Lo dijo al referirse a las distintas lecturas que puede hacer alguien de un texto.
- "Trato de no traicionar el habla de los personajes".
-"Tengo deudas literarias y suelo reconocerlas".
- "Creo que los novelistas norteamericanos son los que mejor saben contar historias".
- "Estoy más cerca de los autores europeos contemporáneos que de la novela policial cubana o latinoamericana".
- "No me gusta el termino critica social, prefiero decir actitud de interrogación de la realidad". Lo dijo al comentar sobre lo que proyectan las novelas o narraciones de lo social.
De Padura no hice vídeos.
2 comentarios:
"(...) actitud de interrogación de la realidad"
:)
Buena descripción de esa enfermedad crónica que padezco.
Gracias, Arge.
y.
Hola, querida Yalo. Sí, una manera interesante de definir eso que te define, y de define a otros.
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