El antipoeta que es poeta, porque lo es. Nunca he tenido una acercamiento real a su poesía. He leído uno que otro poema. Algunos me encantan, otros (la mayoría de los leídos) me dejan indiferente. Indiscutible, si, su influencia en la literatura latinoamericana y lo que su antipoesía significó como ruptura, como coscorrón a la cabeza de muchas cuadras poéticas.
Tendré que leerlo ahora con más interés.
De paso me entere, a raíz de este premio, que es hermano de la recordada compositora y cantante Violeta Parra. No, no lo sabía.
Comparto con ustedes el perfil y casi entrevista que hizo la admirable Leila Guerreiro de Nicanor Parra. Según he leído, a Parra no le gusta dar entrevistas.
De sus poemas, uno que me gusta.
El hombre imaginario
El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario
De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios
Todas las tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios.
Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario.
Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario.
*Foto de Nicanor Parra: Claudio Pérez
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