abril 24, 2011

Orsai, Costa Rica y Homero


Recibí el segundo número de la revista Orsai. El proyecto de Hernán Casciari me tiene fascinada y, con excepción de uno de los textos, he quedado prendada de las crónicas, relatos y perfiles escritos por personas que tienen una mirada muy interesante del mundo. ¡Qué bien escriben!

Uno de lo artículos me lleno de emoción más que los demás por dos razones: porque habla sobre un país donde viví una linda experiencia literaria y donde conocí gente maravillosa; y porque cita a un poeta dominicano. Un artículo sobre Costa Rica.

El texto "Un país de la mente", del escritor Luis Chaves, es un relato muy subjetivo, reflexivo y crítico de la sociedad costarricense, escrito de una manera que hace repensar la imagen idealizada de ese país que tenemos lo que no vivimos en él. Chaves ironiza, con cierta dulzura y desencantó, sus querellas contra el único país de América Latina que no tiene ejercito, pero que también es el único que se declara constitucionalmente un Estado confesional. Al leerlo no pude evitar recordar mi experiencia en el II Encuentro Internacional de Poesía, en la ciudad de San Ramón.

¿Vi, percibí, algo sobre lo que Chaves habla? Sí, no tanto con el ojo crítico de este escritor, sino con la curiosidad de lo diferente. Aquí les invito a leer el relato "Un país de la mente"

Una de mis gratas sorpresas al leer el texto fue encontrarme con la referencia de un poema del dominicano Homero Pumarol. Es un sentimiento de que sí, de que la literatura de esta isla va lejos y llega, lo que hoy se escribe y no suele estar en la oficialidad cultural, pero tiene el peso de su calidad. Homero sufrió un accidente automovilístico hace un año atrás y, hasta donde sé, no se ha recuperado del todo. Lo vi un par de veces haciendo de las suyas en el novedoso recital-perfomance El Hombrecito, junto al escritor Frank Báez.

Espero que la recuperación total de las secuelas físicas del accidente en Homero sea posible y verlo de nuevo tocando una trompeta en el escenario, mientras agita sus poemas como servilletas al viento. En balde no cumple años el mismo día que mi querida abuela, Dulce María, una señora luminosa y de combates.

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