febrero 08, 2007

Una historia de amor

A mis amigos Y y G, los protagonistas de esta historia verdadera. Gracias por prestármela.

Ella había vivido el amor de sutiles colores y calmadas canciones. Irremediablemente chispeante y casualmente nómada, sobrevivía a sus propios sueños y pesadillas, mientras contaba estrellas y a veces esperaba (todas somos algo Cenicientas) algún capricho del destino que hiciera crecer soles en su corazón.

El capricho quiso, con anuencia del destino o no, llevarla algo lejos a un encuentro de casualidades solares. Y ella, inocente victima de su esquema, bautizó como imposibles las mariposas que, entre risas y lágrimas, nacieron con él.

El había elegido amar lejos del amor hecho de piel, antes de encontrarse con ella. Desde su sacerdocio construía senderos en donde se estacionaban los olores de la primavera, los colores de otoño y la soledad del invierno. Pero el verano intenso y diáfano lo conoció en la mirada de ella.

El y ella, en una dolorosa combinación de amaneceres robados y besos fugitivos, decidieron apagar los soles. Pero el amor se les derramaba a cantaros en un indetenible soneto de palabras entrecortadas y las azules caricias, fuertes como olas, se les quebraban en las manos.

El decidió cancelar sus dudas y cambiar de estación, con la anuencia del Dios que conoce de destino y de caprichos. Ella tomó sus mariposas y decidió romper sus esquemas. Ahora ambos tejen caminos en el mar.



1 comentario:

ANGELA MEDINA dijo...

En la vida tenemos que escoger cual el camino que hemos de seguir en el amor. Es importante ser sinceros, coherentes con nosotros mismos y sobre todas las cosas asumir nuestras decisiones. Cuando la relación de pareja madura nos damos cuenta que es algo mas que mariposas y estaciones del año, entonces sabemos que amar es una decisión, que hay momentos en los que tenemos que optar por asumir nuestro amor tal y como es, y hacer las cosas que ayuden a nuestra relación de pareja a ser una historia de amor de un cuento de hadas y no una película de terror. De cada uno de nosotros depende si decidimos tirar la toalla o bien luchar por aquello que un día quisimos que fuera para toda la vida. Es mentira, que el amor deja de ser hermoso y que las pasiones terminan con el paso de los años, pero es real, que si no cuidamos de nuestro amor y nuestra relación de pareja como esa hermosa planta, que necesita de agua y cariño para crecer, no podremos lograr tener un amor de esos que son para toda la vida, de ese amor que habla José Luís Perales en su canción Amada Mía. Por eso hoy quiero que sepas querida amiga que amar es una decisión que tomamos un día al decir ese si a nuestra pareja y que tenemos que seguir diciéndolo día tras día en nuestra relación. Hemos sido llamados para ser felices.
Angela Medina