Es la manera en que Derek Walcott resume el hermoso oficio de tallar música en las palabras, oficio del cual es uno de sus mejores exponentes.
Y es que los versos de Walcott, Premio Nobel de Literatura 1992, nos regalan la sutileza y el ritmo del Caribe, una canción que nos sobrecoge y permanece como perfume en el aire.
Su presencia también tiene el mismo efecto. Es difícil desprenderse del hilo de su voz, incluso en esta ocasión en la que fue necesaria la intervención de traductores. Como pez en el agua, sonríe con frecuencia. Su jovialidad es contagiosa. Más sobre Derek Walcott
Mi pregunta a Derek Walcott. ¿Cuál es la función de la poesía en el mundo de hoy?
Su respuesta: Hay solo una respuesta para esa pregunta en cada conferencia de prensa. Hay una sola respuesta y es precisamente la persona que hace esa pregunta. Para responder esa pregunta yo le digo a quien me pregunta: “hable con mi abogado”. Es muy duro responder eso, porque uno suena muy afectado. Está más que establecido en el lenguaje que tu ves todos los días en la prensa, porque tú no ves mucho sobre el espíritu, el alma y cosas como esas en la gran prensa. Para mi la poesía es un llamado y me considero a mi mismo como bendecido por poder ver ese llamado. Yo hubiera preferido caminar, pasear, sosteniendo una margarita, pero no está permitido. (Risas).
Rueda de prensa con Derek Walcott