Mi madre dos veces cumple 91 años hoy. Aún me recuerda lo llorona que era cerca de mis dos años, cuando me trajeron por primera vez a República Dominicana y ella me cuidó junto a mis tías hasta que regresé un año después a los brazos de mi madre.
Aún me recuerda con mi dedo en la boca, apegada a ella, lo mucho que conversábamos en las mañanas cuando vivíamos juntas, el asombro cuando me descubrió escritora (le he dicho que fue un talento que me alimentó con sus relatos), de cuando se daba cuenta que iban a casa "medio enamoraó" de mí.
Hay una Argénida que solo conoce ella, una Argénida hecha de su mirada, de su cariño y de sus brazos.
Hoy me recibió con una gran sonrisa, feliz. Y nos llenamos de besos, de miradas y abrazos. "Están bellas las flores", me dijo. Sus flores de vida, como cada año. Quisiera devolver el jardín que una vez tuvo, y esa es una manera de regalárselo de a poquito.
Puedo decir más, pero por hoy, feliz cumpleaños, mi mamá. Gracias a la vida por tu vida.
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