Termine un poemario. Creo.
Digo creo porque soy de las que siempre las palabras les dejan dudas de su finitud.
Puedo decir que es un poemario de puertas cerradas. No, no habla de mi próxima maternidad, ni de mi hijo. De hecho, no escribí ningún poema sobre mi embarazo, ni sobre el hijo que espero y que llegará en cualquier momento.
No sé el porqué.
Si escribí un blog sobre embarazo, pero nada de poesía sobre él.
Quizás lo haga luego, o no lo haga nunca.
Volviendo al poemario. Ahí está. No sé cuando lo publicaré, pero espero hacerlo.
Habla de algo muerto que sigue vivo. Eso creo.
"Stat rosa pristina nomime, nomina nuda tenemus". ("De la primitiva rosa sólo nos queda el nombre, conservamos nombres desnudos"). El nombre de la Rosa, Umberto Eco.
septiembre 29, 2012
septiembre 03, 2012
El viaje del elefante
Después de la decepción de "El sueño del Celta", de Mario Vargas Llosa, leer "El viaje del elefante", de José Saramago fue como sonreír porque sí.
De decir algo, podría decir todo, o nada. Todo porque es una novela corta, sencilla, pero honda en los personajes de Shubro, el conarca, del rey de Portugal y su esposa Catalina, del archiduque de Austria y su archiduquesa, de los bueyes, los soldados...unidos en sus debilidades humanas en un elefante.
No pude evitar imaginarme al travesía, visualmente. Ver al elefante Salomón caminar, lentamente, entre los humanos que disputan sus creencias, sus visiones, y su historia. La lentitud de elefante, su presencia grande, sin voz pero con voto, y muy pesado, entre los que parlotean sus parar, con sus poses, me dejaron esa sensación del viaje que siempre es la vida, de lo que aquello que no habla pero es puede significar en ella.
O no decir nada, nada más que Saramago enternece y cuestiona, como siempre, con esta, su última novela publicada antes de morir.
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