Rendición, de Ray Loriga fue esa novela. Me perdí la oportunidad de entrevistarlo porque tuve unos pendientes de mucha atención en la redacción del periódico, y lamento que así fuera, pues la lectura de su novela, premio Alfaguara 2017, me resultó grata e interesante.
No soy dada a leer un libro porque haya ganado un premio, pero sí me exijo leer un libro de un escritor o escritora que voy a entrevistar si antes no he leído nada de él. Nunca entrevisto a ningún escritor sobre su obra si no conozco aunque sea una de sus obras. No concibo que el asunto sea distinto...pero vamos al tema de la novela.
No voy a hacer un resumen minucioso de ella, pero si puedo decir que la historia, contada en primera persona, evoca mucho el tema del Gran Hermano. Un protagonista nos cuenta su historia en medio de una guerra, de la perdida y de una ciudad que lo protege a él y a su esposa, junto a un niño llegado de la nada, por decirlo de alguna manera. Se va de la normalidad de una crisis, a la incertidumbre, a la resignación engalanada de seguridad...y la rebeldía que termina... y eso no lo puedo contar :)
La escritura del relato me deparó una sensación de intriga, en especial al final del libro y de sorpresa. Un final poco esperado y tan críptico que te deja sin saber que paso de verdad o de asumir que fue real o no en la historia.
Para ser una lectura final de año, me pareció un buen cierre.
Les dejo el primer párrafo de la novela, que a mí me despertó todas las ganas de seguir leyendo, a pesar de tono filosófico y nada descriptivo.
"Nuestro optimismo no está justificado, no hay señales que nos animen a pensar que algo puede mejorar. Crece solo, nuestro optimismo, como la mala hierba, después de un beso, de una charla, de un buen vino, aunque de eso ya casi no nos queda. Rendirse es parecido: nace y crece la ponzoña de la derrota durante un mal día, con la claridad de un mal día, forzada por la cosa más tonta, la misma que antes, en mejores condiciones, no nos hubiera hecho daño y que sin embargo sin más consigue aniquilarnos, si es que coincide por fin ese último golpe con el límite de nuestras fuerzas. De pronto, aquello en lo que no habíamos reparado siquiera nos destruye, como las trampas de un cazador que nos supera en habilidad y a las que no prestábamos atención mientras nos distraíamos con el señuelo. A qué negar, en cambio, que mientras pudimos también cazamos así, utilizando trampas, señuelos y grotescos pero muy efectivos camuflajes".
¿Cuál fue tu última lectura de este año o les agarra este fin de año con un libro en lectura?
Con esto despido el año 2017. Espero seguir por este espacio durante el próximo 2018, compartiendo sobre literatura con los lectores que me siguen por aquí, casi 12 años después de dar el primer teclazo en este blog.
Felices fiestas de fin de año y prosperidad para el que viene.