julio 29, 2018

Del hombre que estás hecho

La Paternidad. Pablo Picasso. 1971



Del hombre que estás hecho
masa, deseo y tiempo

tiene un colibrí dormido en la garganta
una herencia de brújula
la boca anclada en un coral

te trajo a mí desde la espuma
de su playa sin cocoteros

el vaivén
y él naufrago

bajando hacia el sur

un hombre sin hombres
abandonando la arena
tierra adentro.

julio 23, 2018

Mis poemas en dos antologías

¿Sigo escribiendo poemas? Sí, lo sigo haciendo. A veces paso meses sin escribir nada, pero siempre lo hago... y borro mucho también. Estoy esforzada aun en un poemario que tiene tres años construyéndose, de a poco.

Pero algunos poemas salen a pasear. En 2017 un poema breve que escribí, de dos líneas, fue seleccionado en un concurso para una antología. El concurso fue de la Editorial Páramo y la antología de los ganadores y menciones, donde quedé, salió publicada en diciembre de 2017.



Por alguna extraña razón, y a pesar de haberlo comprado y pedido su envío, el libro nunca me llegó. Pero lo veo como colaboración de mi parte para que la editorial siga haciendo el trabajo que hace.

Mientras que en junio tres de mis poemas salieron publicados en la antología "No creo que yo esté aquí de más". Antología de poetas dominicanas 1932-1987, de Huerga Fierro Editores. La selección y cuidado editorial estuvo a cargo de Rosa Silverio, escritora dominicana radicada en Madrid, España, a quien agradezco me enviara las fotos que comparto aquí.




Ambos libros puede comprarse vía electrónica. El de "Gota y Hachazos" en la web de Editorial Páramo, y "No creo que yo esté aquí de más" (que es el primer verso del poema que más me gusta de Aída Cartagena Portalatín: Estación de Tierra) en Amazon.

julio 09, 2018

Leer a Aída

Aída Cartagena Portalatín a orillas del Sena, en París, Francia. 1952.
Imagen tomada del suplemento Ventana, Listín Diario. Junio 1994.


Hasta hace poco las únicas lecturas que tenía de Aída Cartagena Portalatin eran algunos de sus poemas (en especial los de "Una mujer está sola") y su novela Escalera para Electra, que pienso debe ser lectura para los bachilleres de República Dominicana.

El asunto es que desde hace unos meses he leído más sobre Aída, en medio de una investigación que hago en mis tiempos libres con el propósito de publicar un perfil sobre ella, y que me ha costado más que otros trabajos por una razón: Aída fue tan amplia en su vida que cuesta abarcarla de manera resumida. Aunque hace unos días tuve un aliento al leer un artículo sobre un taller de Leila Guerriero: si el reporteo fue bien hecho, hay un 70% de material de más.

Claro que no voy a volver esta investigación eterna. Ya de por sí no lo hice cuando el pasado 18 de junio publiqué uno de mis descubrimientos sobre Aída: no nació el día que dicen todos los textos e investigaciones que nació.

Ese artículo me ha traído uno que otro rumor de "controversia", pues se suponía que había celebraciones del centenario de su nacimiento ese día, y parece que yo agüe la fiesta. Les dejó el artículo aquí: Centenario del natalicio de Aída Cartagena Portalatín no es hoy (Aclaro que el documento que acompaña el artículo fue obtenido por mí, de manera directa, a través de una fuente con acceso a registro civil de Moca. Todo el que enseñe ese documento lo hace porque fue tomado de este artículo o porque un familiar de Aída, al único que le envíe el original, se lo remitió).

Pero bueno... creo que me he desviado de lo que decía al principio. Leer a Aída.

Pues he leído uno de sus textos de investigación: Culturas Africanas. Rebeldes con causa. Para mí, un grandioso descubrimiento, sin sumar lo mucho más que ella aportó como investigadora en el área de la cultura dominicana. Sus cuentos de su libro Tablero son un viaje único, y varios de esos cuentos retratan de manera inquietante y seductora la visión crítica de una mujer a la sociedad de su tiempo, que en cierta manera sigue siendo nuestro tiempo.

Aída fue mucho más que una poeta, una persona de mirada profunda, de reflexión curiosa, una mujer que intento siempre ir más allá. Es lo que me devela su manera de expresar el mundo desde su narrativa, desde sus respuestas a las varias entrevistas que le hicieron, en lo que los demás dicen de ella. (lL recopilación de ellas las puede conseguir en Cielonaranja bajo el título "Archivos. Aída Cartagena Portalatín", así como también la recopilación de los textos de su columna Tablero, publicados en Isla Abierta, y recogidos por esta misma editorial con el título "Ensayos de Isla Abierta").

Creo que el mayor tributo a su centenario apócrifo es leerla, y creo que leerla con la certeza de que el se descubrirá una visión nueva de lo que nos rodea.

Leer a Aída es descubrir una mirada nueva y sentir la construcción de una rebeldía en sus palabras, una que le dio un lugar en el mundo donde no sólo decidió nacer el día en que ella eligió, sino hacernos el guiño que más allá que sola, fue una mujer que no estuvo aquí de más.