julio 11, 2006

Tan parecidos…tan diferentes


“Yo era de un barrio pobre, del centro de la ciudad, ella de clase alta, pa(ra) decir verdad…”. Me enamoro de ella. Juan Luis Guerra

Ella tenía 18 años. El, creo, unos 22. Ella estudiaba medicina. El, creo, electrónica. Ella soñaba con ser doctora. El, mientras trabajaba para pagar sus estudios, soñaba con ser ingeniero. Ella vivía en un exclusivo sector de Santiago. El, en un populoso sector de la capital.

Ambos reían, cantaban sus canciones, tejían sus colores, dibujaban sus paisajes y caminaban sus caminos. Ambos murieron en circunstancia similares.

Pero a pesar de ser tan parecidos, no son iguales. Ella, después de su partida, se transformó, por unos días, en un latido constante en los periódicos, en la televisión, en la radio, en las conversaciones, en las calles…

El, después de su partida, volvió a morir, lentamente, en las pocas líneas de algunas crónicas, para luego hacerse invisible…y quedarse escondido en las lágrimas de su madre.

Vanessa y José Stalin nos recordaron esas permanentes incongruencias que nos separan…aunque paguemos el mismo precio por el tickect de ida…en este caso, un celular.