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noviembre 28, 2018

Visita a librerías en Estados Unidos (II y último)

La librería City Lights en San Francisco.
Me he tardado un poco en escribir la parte final de mi experiencia "libresca" en Estados Unidos.

En esta segunda y última parte de mis comentarios sobre visitas a librerías en un viaje que hice a varias ciudades, hablaré de una que me encantó y hubiese querido tener más tiempo no sólo para estar en ella sino también para disfrutar de la ciudad donde está: City Lights en San Francisco, California.

Le encontré por casualidad el segundo de los tres días que permanecí en San Francisco. No entré en esa ocasión pero me prometí volver al día siguiente.

Entrar allí fue fascinante. Muchos libros, y mensajes por todos lados. Allí me compré el tercer y último libro de este viaje que reposa ahora en la mesita de noche de mi habitación, una antología de la poesía de Jorge Luis Borges.






Libros en español, pocos pero buenos. Había dos ejemplares de "Negocios", de Junot Díaz. Sobre los estantes había fotos, carteles enmarcados y la constante presencia de los protagonistas de la generación Beat por todos lados.

El segundo piso es de poesía. Allí encontré un libro de Lousie Gluck y me odie por no leer en inglés con el suficiente destreza como para apreciar la poesía de Gluck. Lo tomé, lo hojeé... y lo dejé ahí, con dolor, aunque ahora reparo que lo debí comprar y hacer el esfuerzo...




En el segundo piso también encontré con una mecedora, llamada "The poet's chair" (la silla del poeta). Tenía un letrero encima que advertía sobre tener cuidado con ella porque era una reliquia apreciada que fue restaurada. No me atreví ni al intento de sentarme, por si las moscas.





Me pasé un buen rato en esta librería, compré algunas postales. Bajé al sotana donde había más libros, en este caso de áreas especializadas como historia, sociología, geografía... y el área infantil.



Buscando información en Google, me enteré que esta librería fue fundada en 1953 como una tienda de libros y también como editorial y uno de sus fundadores es el poeta Lawrence Ferlinghetti, considerado parte de la generación Beat y su último sobreviviente, también es periodista. Ahora tiene 99 años. El y la librería tienen una historia y una que dio de hecho inicio a la generación Beat o la describió (y por la que entiendo la razón de la insistente referencia a esta generación literaria en la librería).

Según Wikipedia: "Tanto el local de la librería como la editorial se hicieron famosos con motivo del juicio a Ferlinghetti por obscenidad, al publicar el influyente poema Howl and Other Poems (City Lights, 1956) de Allen Ginsberg". 

De Wikipedia.


Es un hermoso lugar y si va a San Francisco no deje de pasar por allí. En las cercanías hay otro lugar interesante, el museo Beat, que es también una librería, donde entré pero no pagué para ver el museo.

El museo de los Beat. 

Como final, les dejo unas fotos de la biblioteca pública de Kalamazoo, en Michigan. Estuve allí en una actividad y aproveché para tomar unas pocas fotos. Es hermosa y el silencio era, para mí, delicioso cuando veía a la gente leer y a través de unos cristales en una abertura en el techo ver en ellos reflejada luces de colores. Una bonita escena.





octubre 25, 2018

Visita a librerías en Estados Unidos (I)

Estuve tres semanas en Estados Unidos. Es la primera vez que viajo a este país del norte de América, que tiene un peso fundamental en mi vida, con una familia materna que vive casi en su totalidad allá, incluyendo a mis padres.

Y como en todo viaje que he hecho fuera de República Dominicana, trato de visitar librerías, o tienda de libros como sería la traducción literal del término desde el inglés (bookstore). En este viaje, que formó parte de una beca de intercambio cultural y de formación auspiciada por el gobierno de Estados Unidos, visité varias ciudades, en específico fueron cinco.

En cada una de ellas traté de visitar una librería, aunque no lo logré en tres de ellas: Kalamazoo y Grand Rapids, ambas en el estado de Michigan, y en Tampa,; aunque en Kalamazoo tuve la oportunidad de ir a una biblioteca pública a una actividad del programa en el que participé.

Les comentó un poco ahora sobre las librerías a las que fui y los libros que compré.

1. Washington
Llegué un sábado y ese mismo día, junto a un colega, me dispuse a caminar a Georgetown. A pocos metros del hotel, que queda en la avenida Pennsylvania, la misma que cruza frente a la Casa Blanca, encontré la primera librería.

Bridge Street Books


Me llamó la atención porque tenía libros en especial baratos en una mesa. Revisé y no encontré nada en español. Dentro había muchos libros de corte político, en especial los últimos publicados sobre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Tiene dos pisos, los libros son nuevos (no vende de segunda mano). Curioseé un poco, toque algunos libros. 

Capitol Hill Books



Y con varios días en la ciudad de Washington, que no me moví del Distrito de Columbia, uno de los interpretes y acompañantes del grupo del programa, Nathan, me llevó a Capitol Hill Books. Ubicado en una casa muy antigua, hay libros hasta el techo, y en algunas zonas sientes que los estantes se te vienen encima. 

De las cosas que más me gustaron es que tienen señalizaciones escritas a mano pegadas en distintos sitios para guiarte en medio de ese "jungla" de libros, todos de segunda mano. Lo que no me gustó: los libros en otros idiomas distintos al inglés están... en el baño.

Lo explico mejor en este vídeo y allí compré uno de los libros de los tres que traje de este viaje.




Second Story Books



Esta librería me encantó. Libros de segunda mano en excelentes condiciones. Y algo mucho mejor: venden reliquias, que van desde documentos, fotos, primeras ediciones de libros y libros autografiados por sus autores. 

Robert, otro de los interpretes que me llevó a esta librería, me dijo que habían vendido por miles de dólares una edición de "La Historia me absolverá", con la firma de Fidel Castro. En mi visita observé un libro sobre Diana de Gales, autografiado por ella, que estaba en venta a 1,500 dólares.

Además, es un gusto recorrer esta librería. Tiene un olor agradable, está bien iluminada, tiene objetos de colección también en sus estantes, llegué a ver unas figuras precolombinas que supuestamente procedían del Caribe. Compré aquí un libro de crónicas del chileno Jorge Edwards.

El dependiente tuvo la cortesía de sacar de uno de los estantes la primera edición de Reino Unido de "Matar un ruiseñor", con el autógrafo de su autora, Harper Lee. 





2. Boston

En mi siguiente parada, Boston, tuvo pocos días para poder caminar en la ciudad, y muchas actividades programas. Además de que me pasé un fin de semana con mi familia en la ciudad de Peabody, en Essex, otro condado de Massachusetts. Así que solo pude ir a una librería y lo hice acompañada de Massiel Torres Ulloa, una chica dominicana que hace un doctorado en Lengua Romances en la universidad de Harvad. 

Trident Booksellers

Extraños jabones en la librería
Libros nuevos y muy caros. Nada en español. Me explicó Massiel que meses atrás había sido afectada por un incendio. Además de los libros, muchos de ellos con temas originales y de escritores de muy actuales, con novelas gráficas incluidas, según me explicó Massiel, que también me dijo que en el lugar se hacen presentaciones de libros y otras actividades culturales.

Los objetos raros y curiosos de venta estaban en todos los lugares. De ahí me traje, como un regalo de Massiel, un velón con el rostro de Albert Einsten. 

El pequeño restaurante y bar dentro de la librería esta de lo más bonita. Allí bebí vino de lata (¡Cómo se atreven!)

julio 29, 2018

Del hombre que estás hecho

La Paternidad. Pablo Picasso. 1971



Del hombre que estás hecho
masa, deseo y tiempo

tiene un colibrí dormido en la garganta
una herencia de brújula
la boca anclada en un coral

te trajo a mí desde la espuma
de su playa sin cocoteros

el vaivén
y él naufrago

bajando hacia el sur

un hombre sin hombres
abandonando la arena
tierra adentro.

julio 23, 2018

Mis poemas en dos antologías

¿Sigo escribiendo poemas? Sí, lo sigo haciendo. A veces paso meses sin escribir nada, pero siempre lo hago... y borro mucho también. Estoy esforzada aun en un poemario que tiene tres años construyéndose, de a poco.

Pero algunos poemas salen a pasear. En 2017 un poema breve que escribí, de dos líneas, fue seleccionado en un concurso para una antología. El concurso fue de la Editorial Páramo y la antología de los ganadores y menciones, donde quedé, salió publicada en diciembre de 2017.



Por alguna extraña razón, y a pesar de haberlo comprado y pedido su envío, el libro nunca me llegó. Pero lo veo como colaboración de mi parte para que la editorial siga haciendo el trabajo que hace.

Mientras que en junio tres de mis poemas salieron publicados en la antología "No creo que yo esté aquí de más". Antología de poetas dominicanas 1932-1987, de Huerga Fierro Editores. La selección y cuidado editorial estuvo a cargo de Rosa Silverio, escritora dominicana radicada en Madrid, España, a quien agradezco me enviara las fotos que comparto aquí.




Ambos libros puede comprarse vía electrónica. El de "Gota y Hachazos" en la web de Editorial Páramo, y "No creo que yo esté aquí de más" (que es el primer verso del poema que más me gusta de Aída Cartagena Portalatín: Estación de Tierra) en Amazon.

julio 09, 2018

Leer a Aída

Aída Cartagena Portalatín a orillas del Sena, en París, Francia. 1952.
Imagen tomada del suplemento Ventana, Listín Diario. Junio 1994.


Hasta hace poco las únicas lecturas que tenía de Aída Cartagena Portalatin eran algunos de sus poemas (en especial los de "Una mujer está sola") y su novela Escalera para Electra, que pienso debe ser lectura para los bachilleres de República Dominicana.

El asunto es que desde hace unos meses he leído más sobre Aída, en medio de una investigación que hago en mis tiempos libres con el propósito de publicar un perfil sobre ella, y que me ha costado más que otros trabajos por una razón: Aída fue tan amplia en su vida que cuesta abarcarla de manera resumida. Aunque hace unos días tuve un aliento al leer un artículo sobre un taller de Leila Guerriero: si el reporteo fue bien hecho, hay un 70% de material de más.

Claro que no voy a volver esta investigación eterna. Ya de por sí no lo hice cuando el pasado 18 de junio publiqué uno de mis descubrimientos sobre Aída: no nació el día que dicen todos los textos e investigaciones que nació.

Ese artículo me ha traído uno que otro rumor de "controversia", pues se suponía que había celebraciones del centenario de su nacimiento ese día, y parece que yo agüe la fiesta. Les dejó el artículo aquí: Centenario del natalicio de Aída Cartagena Portalatín no es hoy (Aclaro que el documento que acompaña el artículo fue obtenido por mí, de manera directa, a través de una fuente con acceso a registro civil de Moca. Todo el que enseñe ese documento lo hace porque fue tomado de este artículo o porque un familiar de Aída, al único que le envíe el original, se lo remitió).

Pero bueno... creo que me he desviado de lo que decía al principio. Leer a Aída.

Pues he leído uno de sus textos de investigación: Culturas Africanas. Rebeldes con causa. Para mí, un grandioso descubrimiento, sin sumar lo mucho más que ella aportó como investigadora en el área de la cultura dominicana. Sus cuentos de su libro Tablero son un viaje único, y varios de esos cuentos retratan de manera inquietante y seductora la visión crítica de una mujer a la sociedad de su tiempo, que en cierta manera sigue siendo nuestro tiempo.

Aída fue mucho más que una poeta, una persona de mirada profunda, de reflexión curiosa, una mujer que intento siempre ir más allá. Es lo que me devela su manera de expresar el mundo desde su narrativa, desde sus respuestas a las varias entrevistas que le hicieron, en lo que los demás dicen de ella. (lL recopilación de ellas las puede conseguir en Cielonaranja bajo el título "Archivos. Aída Cartagena Portalatín", así como también la recopilación de los textos de su columna Tablero, publicados en Isla Abierta, y recogidos por esta misma editorial con el título "Ensayos de Isla Abierta").

Creo que el mayor tributo a su centenario apócrifo es leerla, y creo que leerla con la certeza de que el se descubrirá una visión nueva de lo que nos rodea.

Leer a Aída es descubrir una mirada nueva y sentir la construcción de una rebeldía en sus palabras, una que le dio un lugar en el mundo donde no sólo decidió nacer el día en que ella eligió, sino hacernos el guiño que más allá que sola, fue una mujer que no estuvo aquí de más.


junio 03, 2018

Entrevista con Mario Bellatin

Conocí a Mario Bellatin en la pasada Feria Internacional del Libro de Santo Domingo. Cuando me dijeron que venía, busqué referencias de él, pues parecía ser el escritor con más relevancia invitado al evento.

Sonreí al leer la primera entrevista que encontré de él. "Es un personaje", me dije. Apuré a buscar sus novelas. Antes de su llegada a República Dominicana leí "Salón de Belleza". Debo confesar que tiene una manera muy particular de escribir, e interesante. 

Fui a su conversatorio y aproveché para hacerle algunas preguntas. Luego de eso leí un segundo libro de él "Gallinas de Madera". Mucho más interesante que el anterior, con una manera intricada de contar lo que cuenta, siempre en primera persona, y bordeando lo fantástico casi absurdo. 

Quería compartir el audio del conversatorio, pero se escucha terrible, pues los organizadores de la Feria del Libro o se les ocurrió un lugar más inadecuado de un bar para esa actividad. La bulla del fondo hace que el audio sea un desperdicio... trabajo que me dio transcribirlo. También fue muy incomodo escucharlo en medio de ese desorden. Ojalá que para la próxima feria tenga un poco de sentido común con este tipo de actividades.

Estas fueron las preguntas que le hice y que me respondió.

P. Me llamó la atención lo de querer venir a Haití. ¿Por qué quieres visitar a Haití?
R. Sí, es que estamos tan separados. Primero porque viví en Cuba muchos años, y siempre en Cuba hay un fantasma de (República) Dominicana, como una especie de lo que sería Cuba si no fuera comunista. Y ya luego que venía, con el tráfico y eso y miraba, sí, es como Cuba sin comunismo. Una lástima con tanto auto. Ayer hablé con choferes, con la gente, y es una cosa difícil.
Y bueno, y como dije, están, estamos separadísimos. Tenía una curiosidad muy grande de encontrar nuevos mundos, que tiene que ver con mi trabajo de alguna manera, de mundos paralelos, con leyes propias, formas de vida determinadas.
La idea de la isla... la isla es muy terrible. Puede ser maravillosa y agobiante al mismo tiempo.
P. Mario, tú que defines tanto desde la escritura. ¿En algún momento te has preguntado que hubiese sido de ti si no fueras escritor?
R. Justamente en mi último libro tengo esa frase. Nada, un pobre diablo. Digo, un diablo peor, sin justificación, porque de alguna manera tengo una justificación. Yo escribo, por eso estoy fuera del mundo, por eso es que me visto así, no sé. La escritura también da como una fachada para una serie de cosas. Sobre todo el hecho de ser publicado, de que haya una parafernalia alrededor, que también me río un poco de ella, pero también me sirve como mascara.
P. O sea, ¿crees en eso del escritor personaje?
R. No, creo lo contrario, que existe y sé que funciona. Que yo lo crea, no, me río.
P. Pero sí funciona
R. Sé que existe y sé que funciona y que fácil lo llevo a la práctica como mecanismo de defensa.
P. ¿Cuántos libros de tu proyecto “Cien mil libros de Mario Bellatin” han publicado?
Como 20 mil. Lo que pasa es que cuando me invitaron a la presentación de Documenta, que es la feria más importante del mundo, el proyecto fue invitado y dije bueno ya, ya llegó a la cumbre como una obra de la de antes. Y bueno, ya no la voy a seguir haciendo y quedó congelado.
Pero la idea no es hacer ediciones independientes o paralelas, sino de que sea paralelo a las ediciones tradicionales, no como competencia tampoco, sino para llenar los vacíos y los huecos que no logra la industria editorial suplir. No están mis libros aquí, si quieres comprarlos no existen, porque la pequeña editorial no tiene alcance real.
P. ¿Crees que el libro como objeto tiene futuro en medio de esta realidad digital, del ebook, de la pantalla?
R. Sí, tiene futuro pero tienen que cambiar totalmente las reglas de juego. No seguir con esa idea de editor, de librero...tienen que buscar otras maneras.
Es como los aeropuertos. Vamos a remodelar el aeropuerto, pero lo que se hace es que sigue igual y lo que se hace es acrecentar el horror. O sea, no cambia la esencia de lo que no funciona, porque el aeropuerto se hizo para ir a ser la cola, para registrarse, con la idea del siglo XX, de que uno viajaba cada cinco años y uno hacia una cola con toda la familia y todas las maletas. Pero ahora se repite ese mismo error en grande. Vas al Charles de Gaulle, por decirte de un aeropuerto moderno, y es la misma esencia que no funciona multiplicada a la millonésima y eso es un poco lo que pasa cuando hablé de los monopolios (editoriales), que no funciona pero multiplicado en lugar de llegar a esencias y tratar de buscar nuevas formas, que no tienen que ver con lo digital. No confió en lo digital.
P. ¿No confía en el libro electrónico, digital?
R. Tuvo su oportunidad y vimos que no fue. Ya no fue y ya no va a ser. El ebook ya está en picada, ya no. Sigo creyendo que algo milenario, como es la escritura, tiene que buscar una superficie milenaria, y no movible, que va cambiando todo el tiempo, no puede ser la superficie de la palabra. Creo que el papel sí. Gutenberg tiene más de quinientos años...
***
Nos interrumpen. No queda más tiempo. La foto y la despedida. Sale sonriente del bar. Dice que se va a conocer a Santo Domingo. 



La entrevista-crónica aquí: Mario Bellatin: “No confío en lo digital”. También pueden dar click a la imagen. 


mayo 20, 2018

¿Reclamo moral a la literatura?

En estas últimas semanas se ha "batido" mucho la situación del escritor Junot Díaz luego de las acusaciones de inconducta sexual. Pero en este post no quiero tratar el caso específico de Díaz, sino otro asunto que lo sobrepasa: el reclamo moral a la literatura.

Me explico.

Toda historia publicada en un libro, poemas, ensayos...grandes obras de ayer y de hoy han sido escritas por hombres y mujeres que más allá de su obra literaria tienen una vida, y una que puede chocar con la moral de mucho de nosotros, en algunos casos incluye violaciones a la ley, crímenes y acciones que podemos considerar malvadas y asqueantes.

Si el autor o autora de una gran obra es a la vez una persona que ha cometido un crimen, o hecho daño a terceros, o tiene comportamientos y acciones que riñen con tu moral... ¿Lo dejarías de leer?

La pregunta la hice en dos de las redes sociales que más utilizo: Facebook y Twitter. Por una semana mis contactos contestaron la cuestión, y el asunto trajo resultados interesantes.


El caso de Facebook, 71 contactos votaron. Las personas que tengo relacionadas en Facebook suelen ser personas que les interesa la literatura, que leen y que están relacionados con el mundo literario (escritores y editores). Es obvio que a muchos, un 83%, no les interesa que la obra haya sido escrita por un criminal, si les gusta, la leen. 

En los comentarios a esta publicación de Facebook daban razones. Los que apoyaban a ese 83% expresaron que la obra debe ser independiente del autor, sostenerse por sí misma, por lo que no importa que tan criminal sea su autor. Otros mostraron dudas, de no tener el asunto totalmente resuelto y de que al comprar obras de un autor con crímenes a cuestas sería como darle aprobación, apoyarlo. 

En Twitter la votación fue más alta (145 votos) y con opiniones diversas, y también con un porcentaje mayor para el "no".



Entre las respuestas al tuit de la encuesta que apoyaba el voto mayoritario (66% al "sí") se expresaron razones parecidas a las que me compartieron en Facebook, mientras que el voto al "no" (34%) eran apoyados con mensajes más contundentes que el "no" en Facebook.

Les comparto algunos que me llamaron la atención relacionados con el voto del "sí".










En tanto, otros si expresaron sus reservas en leer o comprar libros que estén escritos por personas señaladas por crímenes.










De manera particular me inclino por asumir una obra independientemente de los crímenes de su autor o autora. La discusión, me parece, que no es ni nueva ni es tan tajante la manera de llegar a una conclusión. Depende del criterio de cada uno. ¿Me ofendería que alguien se negara a leer "Alicia en el país de las maravillas" porque su autor, Lewis Carroll, tiene una estela de sospechas de haber sido un pedófilo? No, no me alarmaría por ello, aunque lamentaría que se perdiera la experiencia.

¿Ustedes que harían?

mayo 10, 2018

Los cambios de ministros... ¿Y la Cultura?

Me he puesto a repasar publicaciones en Facebook de hace dos años atrás hasta la actualidad sobre el Ministerio de Cultura.

Gente que celebró, igual que ahora con Pedro Vergés, la destitución de José Antonio Rodríguez. De como Andrés L. Mateo, que escuché hoy "acabar" con Vergés y Cayo Claudio Espinal, recordaba su diatriba con el hasta ayer ministro de Cultura y autor de la famosa novela (la recomiendo) "Sólo cenizas hallarás".

Muy interesante leer a los que defendían a Rodríguez, a los que denostaban a Vergés y ahora celebran la salida de Vergés. Pero más interesante es leer a los que denostaron Rodríguez y celebraron a Vergés y hoy... hacen mutis o expresan "esperanza" con la gestión de Eduardo Selman.

Recuerdo que a alguien le dije, que me llamó para contarme interioridades de la administración de Vergés y en cierta manera parece que también influenciar en mi punto de vista como periodista, que me sorprendía que no fuera tan expresivo con las patas cojas de la administración de José Antonio Rodríguez. Porque el problema no era el supuesto mal manejo que me señalaba, de los cuáles les mencioné -en contrapartida- acciones parecidas que supuestamente hizo el anterior, sino que con el anterior parece que se sintió beneficiado y con el que fue hasta ayer... no.

En medio de todo esto, por quien doblan las campanas es por una política cultural casi inexistente, del personalismo con que muchos asumen y juzgan la gestión de un ministro frente a otro, del amiguismo y el frenesí de hacer relaciones públicas cuando no se es relacionador público por mantener un empleo o la ayuda o el apoyo (porque parece que no es la labor en un puesto, por más básico que sea, lo que muestra el desempeño y la capacidad).

Y, bueno, no puedo dejar fuera la obsesión de Acento con Pedro Vergés, con el mismo tono que también abordan la Academia Dominicana de la Lengua. Y una obsesión que nada tiene que ver con periodismo y que parece no fue necesaria cuando estaba José Antonio Rodríguez en el puesto. De esto, ese medio hizo su cierre final ayer, cuando la nota sobre el decreto que nombraba a los nuevos ministros era encabezado por... la salida de Vergés de Cultura.


mayo 03, 2018

Feria del Libro: sus piedras de levante y tropiezo

Foto de el último viernes de la Feria del Libro, a eso de las 3:00 de la tarde. 


Hablar y escribir sobre la Feria Internacional del Libro Santo Domingo es andar un camino minado. Está el que no quiere que nada se le critique y sólo se hable "de lo bueno", también los que entienden que todo el evento es descartable y lo define de "feria de matatiempos y pizzas".

Me arriesgaré a las minas, situada en el medio de estos dos extremos.

Hemos tenido 21 ediciones hasta esta recién finalizada Feria Internacional del Libro. En ellas se ha conjugado una suerte de maravillas y pesadillas. Desde la presencia de escritores de renombre, incluyendo algunos Nobel de literatura, hasta la ocurrencia de tener a El Vaticano como país invitado o un pabellón de astrología.

A pesar de sus deficiencias, que me consta son dadas producto de una falta de organización interna que a veces se hace muy evidente y de ciertas visiones cortoplacistas, creo que es un espacio que hay que mantener, aunque hay no solo que repensarlo, sino también repensar el sentido y espacio social y económico del libro en República Dominicana.

Las distintas administraciones en el Ministerio de Cultura, entidad encargada de su organización, han dado distintos toques a la Feria Internacional del Libro, con sus aciertos y fallos. No obstante, entiendo que es esta última administración, encabezada por Pedro Vergés desde agosto de 2016, la que ha querido marca con demasiad iantensidad un cambio de aspecto de la Feria del Libro, y creo que en esta meta ha tenido pocos logros.

Las piedras... de levante

Imagen de la Feria del Libro, en su último sábado, antes del mediodía.
Desde mi punto de vista, el cambio positivo en la organización de la Feria del Libro en manos de Vergés se ha limitado al aspecto externo, a lo que se puede mostrar a simple vista. Y en esto tiene un gran logro: desarrabilizar la Feria.

Desde que se realizara en la instalaciones del antiguo Zoológico, actualmente Parque Iberoamérica y donde se encuentra el Conservatorio de Música, la Feria del Libro ha sido una actividad de masas, pero con un criterio desordenado que se traspasó al ser mudada en 2005, con la llegada de José Rafael Lantigua al Ministerio de Cultura, a la Plaza de la Cultura.

Todo tipo de vendedores en las aceras, varios puntos de compra de alimentos, un sin fin de expresiones artísticas, algunas muy ajenas al tema del libro como la artesanía, y hasta se llegó al colmo de colocar tarimas de canales de televisión que transmitían sus programas en vivo desde allí. Hubo años que el escándalo y el desorden eran tales que uno se quería ir corriendo del lugar.

Esta situación se aplacó un poco los años siguientes, pero fue con la llegada de Vergés en 2016 cuando hubo un cambio transcendental en este sentido, convirtiendo el espacio en un lugar menos bulloso, más amigable para caminar y observar los pabellones y los stands.

Punto importante en este año fue no ver esos pabellones exagerados, ostentosos, aunque el del Tribunal Constitucional se veía de lejos así (no entré). Igual los espacios dedicados a los niños y adolescentes eran muy buenos y con actividades varias y ricas. También el material estudiantil e infantil era abundante y a buenos precios.

Sin embargo, el tema de desmasificar el entorno de la Feria del Libro ha sido llevada al extremo de vaciarla de contenido. Está bien, muy bien, que no coloquen tarimas de canales de televisión con bailarinas y música a todo volumen, pero está mal, muy mal, que no exista teatro de calle ni expresiones artísticas fuera del Teatro Nacional como conciertos en horas nocturnas o la presencia de las estatuas vivientes (punto a favor fueron las presentaciones dentro del Teatro Nacional)

Y aquí vamos a los tropiezos...

Las piedras... de tropiezo

Especiales de libros en el stand de la aún Librería La Trinitaria.
Como señalé anteriormente, este versión que recién finalizó, el pasado 30 de abril, era muy organizada externamente pero pobre en contenido. Y con esto no digo que no fueran interesantes ni importantes los paneles, conversatorios y presentaciones hechas durante la actividad, sino que quitaron todo lucimiento artístico deseable y posible dentro de ese espacio ordenado.

Sin obstáculos en las aceras externas a la Plaza de la Cultura, sin artesanía, sin molestosos parlantes y sin tarimas y "conchocientos" puestos de comida, entrar a la Plaza de la Cultura es una delicia. Pero te espanta la ausencia del Espacio Joven, un pabellón con una identidad marcada en la Feria y con un público que cada año lo buscaba. Esta año su contenido fue llevado a un auditorio de un museo... un espacio demasiado formal y acartonado para un público juvenil.

También hizo falta el Bar Café que era un sitio de relajación, de conversación con el café, para escuchar una presentación musical. A cambio, se utilizó el bar de Teatro Nacional, un espacio pequeño, que no podía tener el encanto del al aire libre. Peor, establecieron allí presentaciones de conversatorios y lecturas que se perdían entre la bulla del hielo picándose, las voces de pedido a los camareros y la charla de los que iban allí a tomarse un café o un trago. Luego observé, en una de mis pocas visitas, que extendieron desde la puerta de entrada del bar una lona auspiciada por una marca de café con varias sillas y mesas...que quedó horrible.

También tuve la sensación de ver menos editoriales que en otros años. Digo que sensación porque no pude caminar en toda la Feria. Alfaguara no estuvo. Stand de librerías como Mundo Libro estaban en lugares menos visibles y algunas fueron colocadas en sitios diferentes al de años anteriores, por lo que se pensaba que no estaban o la gente acostumbradas a visitarlas no podían localizarlas.

Además, la ausencia por segundo año del Premio Internacional Pedro Henríquez Ureña, que se otorgaba desde el 2013, y de promoción de los escritores invitados (fui a una rueda de prensa en que llegaron dos escritores guatemaltecos y nadie se molestó en presentarlos a los periodistas allí presentes) quitaron ancla a la Feria del Libro.

Y lo peor: convertir la Feria en un marco referente para presentar "la marca país gastronómica". Fue el asunto más descabellado y divorciado de un evento como la Feria del Libro. ¿Chefs en un pabellón que vendía almuerzos a 500 pesos y cenas a 1,300 pesos? Algo que a mi juicio desvirtuó el sentido de la Feria.

¿Recomendaciones?

Dirán, quizás, que recomendar algo es una perdida de tiempo. En mi caso podría enlistar varios asuntos, pero supongo que lo importante no está precisamente en hacer una Feria del Libro, que repito creo que es un espacio que hay que preservar, sino en plantearse un tema más amplio: ¿Qué pasa con el libro en República Dominicana?

Y no hablo del objeto en sí, aunque no se puede obviar, sino en todo lo que rodea su producción y distribución, su arraigo en una sociedad como la nuestra, en una ciudad como Santo Domingo en la que las librerías son casi un "animal extinto" y la librería que tenía el Ministerio de Cultura fue cerrada hace meses sin mayores explicaciones.

¿Hay que plantearse una política del libro? ¿Es eso correcto o es un tema de mercado? ¿No hay librerías porque leemos poco o por otra razón? ¿Para qué celebrar una Feria Internacional del Libro cuando los espacios del libro escasean o desaparecen en República Dominicana? ¿Qué debemos hacer o plantearle a las autoridades u observar en el mercado de libro? ¿Es un síntoma de los tiempos, como dicen?

Me dijo un escritor que entrevisté en la Feria del Libro que recién finalizó que el texto impreso ha ganado la batalla sobre el digital o ebook, que la gente siempre va a preferir abrir un libro, de papel, tocarlo, leerlo. ¿Será? Y si es así, ¿qué podemos hacer para extender y mantener esa experiencia del libro entre nosotros?

¿Qué piensan ustedes?



abril 04, 2018

Cliché

"Teresa y la corneja".
Nicoletta Tomas Caravia




Abril
el cliché de los poetas
el de las lunas y el despecho
la metáfora del lugar común del amor

Me enamoré en abril
con el común lugar de las nubes entre las piernas
con el común dolor de las cosas que se pierden

un chiste malo
la mueca de un beso final
las nubes cargadas resbalando por los muslos
la certeza de la canción triste

marzo 13, 2018

#Dante2018 La entrevista con Pablo Maurette

La semana pasada tuve la oportunidad de conversar, vía correo electrónico, con el profesor Pablo Maurette, quien inició el primero de enero de este año una lectura colectiva, compartida y comentada en Twitter de la Divina Comedia, una especie de lectura coral, tras una invitación que hizo en noviembre pasado por esta red social.

Me monté en este tren, pues esta obra del italiano Dante Alighieri es una de mis deudas como lectora (he dejado a mitad al Quijote, a Decameron y a La Mil y una Noches). Este era un chance, y una forma novedosa de leer un texto que había dejado casi al inicio durante mis años de adolescente. Un canto por día, con la motivación de compartir comentarios de la lectura en Twitter a través de la etiqueta #Dante2018

Confieso, voy atrasada por algunos días, pero sin duda he llegado a las puertas del Paraíso con este empujón, y la obra, con sus muchos detalles y referencias, se ha disfrutado más de lo que se pensaba. Hasta he pensado asumir la técnica de manera personal: un capítulo de lo que sea por día para esas obras clásicas a las que le debo el honor de su compañía en mis lecturas.

Les comparto la entrevista, publicada el lunes pasado. Espero la disfruten. (Pinchar en la imagen para leer el texto).



Comparto una de las colaboraciones en Twitter que más me ha gustado de esta lectura, la del ilustrador Leo Achilli. Bellezas.




febrero 26, 2018

Sobre el estilo (Susan Sontag)


Foto por MJS en Unsplash.

"En casi todos los casos, nuestra manera de expresarnos es nuestra manera de ser. La máscara es el rostro"
 "La obra de arte, considerada simplemente como obra de arte, es una experiencia, no una afirmación ni una respuesta a una pregunta. El arte no sólo se refiere a algo; es algo. Una obra de arte es una cosa en el mundo, y no sólo un texto o un comentario sobre el mundo".
 "El arte es seducción, no violación. La obra de arte propone un tipo de experiencia proyectada para manifestar la cualidad de la imperiosidad. Pero el arte no puede seducir sin la complicidad del sujeto que experimenta".
"Naturalmente, nunca dispondremos de una respuesta puramente estética ante los obras de arte; ni siquiera ante una pieza teatral o una novela, cuando describen decisiones y actuaciones de seres humanos, ni aunque esto es ya menos evidente, ante una pintura de Jackson Pollock o un vaso griego (Ruskin ha escrito con agudeza sobre los aspectos morales de las propiedades formales de la pintura). Pero tampoco sería adecuado dar una respuesta moral a algo en una obra de arte, en el mismo sentido en que daríamos a un acto de la vida real. A no dudar, me indignaría si alguno de mis conocidos asesinara a su esposo y saliera bien librado (psicológica y legalmente), pero difícilmente consigo indignarme, como muchos críticos al parecer lo hacen, cuando el héroe de An American Dream, de Norman Mailer, asesina a su esposa y queda impune. Divine, Darling y los demás personajes de Notre Dame des Fleurs de Genet no son personas verdaderas, ni se nos exige que decidamos invitarlas o no a pasar a nuestras salas de estar; son figuras de un paisaje imaginario. Este punto puede parecer obvio, pero la persistencia de juicios propios de una moral de buen tono en la crítica literaria (y cinematográfica) contemporánea hace que valga la pena repetirlo una y otra vez".
 "Una obra de arte puede contener todo tipo de información y ofrecer enseñanzas sobre nuevas actitutdes (a veces encomiables). Podemos aprender teología medieval e historia florentina en Dante; podemos hacer nuestra primera experiencia de melancolía apasionada con Chopin; Goya nos puede convencer de la barbarie de la guerra, y Una tragedia americana, de la inhumanidad de la pena capital. Pero, en la medida en que tratemos estas obras en cuanto obras de arte, la satisfacción que proporcionen será de otro orden. Será una experiencia de las cualidades o de las formas de la conciencia humana". 
 "El estilo es el principio de la decisión en una obra de arte, la firma de la voluntad del artista. Y, como la voluntad humana es capaz de un número indefinido de posiciones, existe un número indefinido de posibles estilos para las obras de arte".
"...una función del estilo es idéntica, por ser simplemente una especificación más individual, a esa importante función de la forma subrayada por Coleridge y Valéry: preservar las obras de la mente contra el olvido. Esta función queda fácilmente demostrada en el caracter ritmico, algunas veces rimado, de todas las  literaturas primitivas, orales. Ritmo y rima, y los más complejos recursos formales de la poesía, como la métrica, la simetría de las figuras, la antítesis, son los medios que las palabras facilitan para crear una memoria de sí mismas antes de la invención de los signos materiales (escritura); de aquí que todo cuanto una cultura arcaica deseó legar a la posterioridad haya sido expresado en forma poética".

febrero 08, 2018

Contra la interpretación

Compré el libro hace casi 8 años, lo empecé a leer y no dejé al poco tiempo. Este año lo he retomado: una compilación de ensayos de Susan Sontag que se titula como el texto que abre el libro, "Contra la interpretación".

Sontag es una escritora que me llama la atención, y con la cual aun no me aventuraba, pero siempre la he perseguido. Tengo con este tres libros de ella, dos los compré y  uno me lo regalaron. Revisando mi librero a principio de año me di cuenta de ello y me dije: Susan, voy por ti.

Susan Sontag, c1964. Foto Paul Popper.
Creo que ahora tengo un ánimo dispuesto para ella, para su escritura, para sus libros. No se si es un asunto de madurez intelectual, de lecturas previas o algo así, pero la he empezado a leer con agrado, a pesar de que con los dos primeros ensayos del libro releí ciertos párrafos para aprehender su sentido, o el sentido que me trasmite. Y claro, el móvil al lado para consultar ciertas palabras en Google.

Y para no perder ciertas cosas, con este libro iniciaré publicaciones de párrafos en este blog de mis lecturas. Empiezo con el primer ensayo de Susan en este libro, redactado originalmente en 1964.

"Comprender es interpretar".
"La interpretación no es sólo el homenaje que la mediocridad rinde al genio. Es, precisamente, la manera modera de comprender algo, y se aplica a obras de toda calidad".
"La interpretación, basada en la teoría, sumamente cuestionable, de que la obra de arte está compuesta por trozos de contenido, viola el arte. Convierte el arete en artículo de uso, en adecuación a un esquema mental de categorías".
"...no pretendo decir que las obras de arte sean inefables, que no puedan ser descritas o parafraseadas. Pueden serlo. La cuestión es cómo. ¿Cómo debería ser una crítica que sirviera a la obra de arte, sin usurpar su espacio?
"Nuestra misión no consiste en percibir en una obra de arte la mayor cantidad posible de contenido, y menos aún en exprimir de la obra de arte un contenido mayor que el ya existente. Nuestra misión consiste en reducir el contenido de modo que podamos ver en detalle el objeto".
" La función de la crítica debiera consistir en mostrar cómo es lo que es, incluso que es lo que es, y no en mostrar qué significa".  

enero 25, 2018

Claribel Alegría (1924-2018)

Hoy murió Claribel Alegría... Tenía 93 años, así que no sorprende, como Parra, su deceso. Es ley de vida morir, más cuando superas el límite de esperanza de vida. Sin embargo, causa pesar.

A Alegría la conocí en 2011, cuando vino invitada al III Festival Internacional de Poesía de Santo Domingo. Le hice una entrevista corta, algo agitada porque estaba por ofrecer un recital. Una mujer afable, sonriente, así la recuerdo.

Me alegré mucho cuando el año pasado recibió el Premio Iberoamericano de Poesía Reina Sofía.

Les comparto la entrevista que le hice. “La poesía ha sido mi pasión”




Y uno de sus poemas que más me gustan.

Rito incumplido

                                                                                A mi madre

Dicen que la muerte es solitaria
que nos morimos solos
aunque estemos rodeados de aquellos que nos aman
pero tú me llamaste
y yo no estuve:
no te cerré los ojos
no te besé la frente
no te ayudé a pasar
al otro lado
estuve lejos
lejos de ti que me alumbraste
me nutriste
educaste mis alas.
No cumplí con el rito
estuve lejos
lejos
y ese es el sollozo que me arrebata en olas
en cúpulas
en grutas
y no puede salir
y me persigue en sueños
y me ahoga.
Perdóname/libérame
necesito aullar
batir tambores
un golpe en la cerviz
un estallido
para arrancar de cuajo este sollozo
y no invocarte más
en desolados
versos.


enero 23, 2018

Nicanor Parra

Hoy murió Nicanor Parra, el primer poeta que me enseñó que la poesía es rebeldía contra uno mismo. Tenía 103 años y no recibió el Nobel de Literatura que merecía.

Nicanor Parra (foto sin fecha). De la exposición "Parra 100"

Composiciones

I
Cuidado, todos mentimos
pero yo digo la verdad.

La matemática aburre
pero nos da de comer

En cambio la poesía
se escribe para vivir.

A nadie le gusta hacerse
cargo de los vidrios rotos.

Se escribe contra uno mismo
por culpa de los demás.

¡Qué inmundo es escribir versos!

El día menos pensado
me voy a pegar un tiro.

II
Todo me parece mal
el sol me parece mal
el mar me parece pésimo.

Los hombres están de más,
las nubes están de más,
basta con el arco iris.

Mis dientes están cariados
ideas preconcebidas
espíritu inexistente.

El sol de los afligidos
un árbol lleno de micos
desorden de los sentidos.

Imágenes inconexas.

Sólo podemos vivir
de pensamientos prestados.
El arte me degenera
la ciencia me degenera
el sexo me degenera

Convénzanse que no hay dios.


Cambios de nombre

A los amantes de las bellas letras
Hago llegar mis mejores deseos
Voy a cambiar de nombre algunas cosas.

Mi posición es esta:
El poeta no cumple su palabra
Si no cambia los nombres de las cosas.

¿Con qué razón el sol
Ha de seguir llamándose sol?
¡Pido que se llame Micifuz
El de las botas de cuarenta leguas!

¿Mis zapatos pareces ataúdes?
Sepan que desde hoy en adelante
Los zapatos se llaman ataúdes.
Comuníquese, anótese y publiquese
Que los zapatos han cambiado de nombre:
Desde ahora se llaman ataúdes.

Bueno, la noche es larga
Todo poeta  que se estime a si mismo
Debe tener su propio diccionario
Y antes que se me olvide
Al propio dios hay que cambiarle hombre
Que cada cual lo llame como quiera:
Ese es un problema personal.

enero 22, 2018

Mi vaso verde: un año, 365 poemas

Este año he iniciado una proyecto, una experiencia medalaganaria, un reto.

Leer y comentar 365 poemas. Uno por día. Se llama Mi vaso verde. El la última pestaña, de las que se encuentran en la cabecera de este blog -de derecha a izquierda-, pueden acceder al blog donde voy publicando los audios, que están todos en un canal de la plataforma Soundcloud. (También puede dar click en la imagen a continuación para entrar al canal de audio)


El reto va caminando, aunque un poco difícil tenerlo actualizado los fines de semana. Tampoco he podido mantener muy actualizada la página de Facebook para este proyecto, pero lo comparto todos los días en mis redes sociales personales (Facebook, Twitter e Instagram).

Espero que me acompañen a esta aventura, y de paso me hagan sugerencias.

Estamos aprendiendo haciendo. Una de mis ambiciones como periodista es poder hacer radio un día, y creo que esta será una buena práctica. Además, hago algo que me gusta, compartir poesía.