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octubre 18, 2008

Vista desde otros ojos

Hoy aparto este post para dejar que otro hable por mí. Santiago Almada, poeta y escritor, escribe en Clave Digital sobre mí y hace algunas consideraciones sobre mi poética. Los poemas de mi autoria que figuran en esta reseña son, precisamente, los dos últimos publicados en este blog.

En su sesión El poema del viernes, Santiago abre un espacio semanal para que jóvenes escritores den a conocer su talento. Un honor para mi ser invitada a esta sesión, donde tantos chicos y chicas talentosos han expuestos su música interior.

Aprovecho para dar gracias encarecidas a todos los que hacen puente con mis hadas literarias cada vez que entran a esto blog. Gracias.


El poema del viernes

Argénida Romero, sensibilidad y belleza hechas poesía
En sus poemas se revela una exquisita musicalidad
Santiago Almada


Como todos los viernes, Clave Digital convoca a los duendes de la poesía como una manera de afirmar que la esperanza, la belleza y la capacidad de soñar y emocionarse son algo más que una posibilidad en un mundo que se muestra cada día más difícil.

La invitada de hoy en nuestro espacio El poema del viernes es una persona muy especial, por su simpatía y por su capacidad de soñar, y porque es una excelente escritora de versos que acarician el alma. Argénida Romero, Vanesa para los amigos, nació en Caracas, Venezuela, el 20 de diciembre de 1980, pero según cuenta ella, desde niña vive, sufre, muere y resucita en República Dominicana. Se graduó de periodista en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, “al menos eso dice el título que desde el 2006 decora una pared de mi casa” narra con una sonrisa.

En los textos de Vanesa se nota la profundidad, la madurez de una poeta que ha llegado a manejar la palabra como su material más preciado, con la maestría del artesano y la sensibilidad del artista. Precisamente esa sensibilidad es la que le permite entretejer versos de una impresionante calidez con una musicalidad que se transmuta en belleza.

“Una vez, en el 2000, un concurso en Higüey me dio una señal: lo que escribía en el mutismo de las noches y las madrugadas desde mi adolescencia era poesía que gustaba, lo de poesía me lo suponía, lo de que hiciera puentes con los demás era algo de lo que no estaba muy segura”, afirma la joven poeta.

Vanesa trabaja actualmente en la preparación de su primer poemario, que espera ver plasmado en un libro impreso dentro de poco tiempo. Incansable y ávida lectora, Vanesa pertenece a esa generación de mujeres inquietas, que trabajan en su propia superación personal y apuestan a un compromiso con la formación y el conocimiento.

Respecto de los poemas que publicamos hoy, la escritora nos cuenta que el primero es una reiteración existencial. “De niña, antes de venir a vivir a República Dominicana, solía entretenerme viendo el paisaje de mi barrio desde una ventana de mi habitación”.

Los mejores días eran precisamente los días de lluvia. “A veces, cuando llueve, me siento en el cuerpo y en el alma de aquella niña Argénida y su mirada regresa llena de algunos fantasmas”.

Días de lluvia

El olor de las primeras cosas
se evoca, usualmente,
los días de lluvia junto a la ventana,
sentencia de la añeja nostalgia
que sobrevive como un náufrago
en la desierta isla de los sumados olvidos
donde reposa un reloj, colgado de una pared blanca
justo al lado de unos viejos libros,
esos primeros amantes
con olor a lumbre recién parida,
hechiceros del vespertino letargo
que duerme bajo la puerta.
Regresa ese olor de las voces ausentes,
cómplices del destino consumado,
emisarios del llanto o de la risa
y el bullicioso paso de las palabras
danza por las húmedas calles
eco de aquellas otras, las calles de las primeras promesas,
refugio de las cotidianas aventuras,
estampas de ecos borrosos.
Llega también el lloroso olor
de la casa deshabitada,
a la deriva de las despedidas,
tumba de los buenos deseos,
paredón de las condenadas esperanzas.
Regresa
todo el olor de esas primeras cosas,
como un salvavidas
al rescate de este rebelde presente
que llora su destino
los días de lluvia junto a la ventana.

El segundo poema es una reafirmación. “El fénix que habita en mí (y en todos), el aliento que nos rescata de nuestra oscuridad, que nos reinicia, muchas veces a pesar de nosotros mismos. Pensé en esos momentos, cuando después de algún cotidiano Gólgota llegamos a tercer día, el de la resurrección” explica Vanesa.

Alfa

He vuelto
tras todas las batallas,
dolorosamente atravesada de otoños,
cargada de nidos vacíos,
taciturna, hueca,
estéril de promesas,
atada al aliento irrespirable de estas horas,
de estas pesadas horas
en que perece el presente sin herencia.
Ahora, estoy
irremediablemente
en la piel de la sombra que me mira en el espejo
destejiendo fantasmas,
dueña del eco que me aguarda tras la puerta.



9 comentarios:

  1. Te has vuelto famosa muchacha.

    Y qué pasa entonces si cuando tenemos esas primeras cosas estamos tupidos, con una gripe que no nos deja apreciar completamente el momento, nos quedamos sin nada? Con una based de datos de olores vacía?

    Saludos

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  2. Bien merecido mariposa poeta.

    Afectos!

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  3. Esperamos el Poemario con gran fervor. Nos da mucha alegría que distingan a nuestros escritores y poetas, en este caso una de nustras amigas mas queridas del blog.

    Suerte y exitos......Profundos....

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  4. Amiga,

    Mi felicitación, mi cariño y mi abrazo.

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  5. Argénida, qué buena iniciativa, de manera que más personas conozcan lo que ya nosotros sabemos de sobra!

    Baakanit (hay una personita por ahí que te llama dizque Engels y yo a ese tipo no lo conozco), cuando venga la gripe el olfato disminuye pero tu imaginación queda intacta y el resto de los sentidos como que se extreman, aquí tengo yo muchas imágenes visuales como la de esa muchachita nostálgica viendo la lluvia caer a través de la ventana.

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. Felicidades. Bien merecido artículo.

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  8. Rosa de mil rosales, en mi blog (www.lastresjuanas.blogspot.com)hay un regalo para ti. Abrazos.

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  9. Anónimo10:06 a. m.

    Hola, Argénida. Aunque no lo creas, no he tenido la oportunidad de probar el lambí y no me quiero arriesgar comiéndolo fuera... Felicidades por la creación literaria. Ya había pasado por aquí. Pero ahora descubro que tenemos más cosas en común, como Yu e Ita. Jejejeje.
    Un abrazo.

    http://abrazador.wordpress.com

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