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junio 24, 2007

Confesiones

Después de tantos pasos llegue aquí. Metamorfoseada, irreverente y apasionada, transgredí mis fronteras y, mortalmente humana, remendé mis vestidos con el canto de la luna que, tierna y solitaria, acuna el delirio de las horas que se me escapan.

Rotos los castillos, solté las amarras y bese al viento que desnudaba las cicatrices de mis manos. Exorcice las pesadillas y convoque al mar y a las estrellas. Descolgué los colores y las sombras…calle.

Entonces, pasee por la frontera de las profecías clavadas en el cielo, llena de nuevos amaneceres. Tome los puntos suspensivos de mi voz más secreta y dibuje nuevas pisadas.

Rebelde ante el ayer y el destino, desate los fantasmas y reinvente el paisaje. Atrape el eterno instante que se me regalaba, intenso y breve, y salí, menos ajena, a sembrar luces, a bailar con las hadas y a despertar las lágrimas que duermen en el mar.

3 comentarios:

  1. Hermana, bienvenida nuevamente. Nuevos aires, incesantes de confesiones que brindarás a todos quienes te leemos.

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  2. Anónimo3:13 p. m.

    Llegaste en el mejor momento. Cuando la RD necesita nuevos aires de libertad. Gracias por tus trabajos de objetividad en Clave Digital.

    Un abrazo,

    Guillermo

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  3. Me encantó ese último parrafo, hay que construir, crear, reinventar y viivir nuestra propia historia sin nunguna atadura, con total libertad.

    Que lindos versos...

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