La expectativa fue enorme. “Los mejores del mundo” contra los…”desconocidos”. La suerte ya estaba decidida, pues la mayoría, la que cree en el destino hecho por las necedades de grandeza, suponía que el resultado sería obvio: ganarían “los mejores”.
Las sorpresas no se hicieron esperar. Ganaban los desconocidos, los relegados del segundo deporte más popular del mundo. Muchos se extrañaban. ¿Por qué ellos? ¿Acaso no nos ha dicho que los otros son los mejores? ¿No son los otros los de los contratos millonarios, los de los anuncios de marcas famosas, los de los jonrones?
El primer mundial de béisbol nos mostró la otra cara de la moneda. La justicia ultrajada en la jungla del poder, en donde el fuerte, armado de todas las artimañas, sale triunfador; fue honrada en el campo del deporte.
Ese mundial, nos enseñó más que outs y strikes!
ResponderEliminarCiao