No es lo mismo que te cierren una puerta a que la cierres.
La diferencia está en tener la llave.
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Lograr atrapar en palabras lo que se siente, por ejemplo, cuando tu cuerpo toca la hierba, miras al cielo y estás felizmente sola recordando lo que tus manos hicieron durante las horas de ese día, requiere más que talento.
Necesitas vocación de bomba atómica.
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¿Han llorado mientras mastican comida y tratan de tragarla?
El bocado se llena de mar.
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Los gritos.
La furia.
Martillos.
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Trato de darle lo que no tuve.
Palabras cuando está enojado, cuando es lastimado, cuando está triste. Palabras en tono de caricia, de acogida, de nido.
Perdones. Contar hasta diez. Un beso en la frente. Una cobija para sus monstruos.
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