El impulso de los primeros días de un año es una quimera, y hablo en el sentido mitológico de la palabra. Ese animal te empuja sin que quieras ser empujada, te susurra utopías, te ilusiona. Es el primer amor de enero para casi todos, y como los primeros amores, es breve y bravo, y te deja esa sensación de que nada podrá recuperarse. Pero esa sensación es parte de su absurdo.
Es cierto, los primeros días del año son algo extraño, tienes la sensación de que comienzas algo que, poco a poco, se va diluyendo tras el vendaval de las navidades que cierran el curso pasado. Yo he comenzado una dieta el uno de enero, el año que empieza es todavía niño pero pronto crecerá como una mandrágora que nos hipnotizará con su ritmo y sus dramas nuevos, siempre diferentes. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEse primer impulso de hacer y deshacer de los primeros días del año es algo como el enamoramiento, intenso al principio y luego va menguando o para algo permanente (metas u objetivos) o para diluirse por falta de piso... o algo así. A ver como nos va con este niño 2023. Un abrazo.
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