Juan Gelman llovió.
Su presentación en la pasada Feria Internacional del Libro fue eso. Una lluvia intensa que dejó charcos, lágrimas y emoción.
Pero no quiero hablarles de su lectura de poemas. Con eso seré egoísta. Aunque para ser sincera me gana la falta de palabras para describir la sensación de estar sentada escuchándole decir "Habítame, penétrame./Sea tu sangre una con mi sangre"....después de saludar con un simple "buenas noches".
Puedo apuntar detalles. Decir que la presentación era a las ocho de la noche, de un dos de mayo. Decir que Gelman llegó puntual. Decir que la actividad inició casi quince minutos después. Decir que el Ministro de Cultura y el síndico del Distrito Nacional interrumpieron la presentación media hora después de iniciada.
Decir que el hombre sentado a mi lado lloraba (llovía) mientras Gelman decía:
...El compañero cambiaba al mundoPuedo apuntar que me llovía por dentro.
y le ponía pañales de horizonte.
Ahora, lo ves morir,
cada día.
Pensás que así vive.
Que anda arrastrando
un pedazo de cielo
con las sombras del alba,
donde, entre las 5 y las 7,
cada día,
vuelve a caer, tapado de infinito.
Al final de la presentación hablé con Gelman, mejor dicho, se me ahogaron las palabras con Gelman. No eran nervios. No sabía que decirle al hombre que escribía esos poemas, los que acababa de escuchar. ¿Qué hace uno frente al hombre que solo conoces por sus palabras, por su lluvia? ¿Qué le puedes decir a alguien que escriba...
...mi vecino nunca le dice palabras de amor a la
mujer/
entra a la casa por la ventana y no por la puerta/
por una puerta se entra a muchos sitios/
al trabajo, al cuartel, a la cárcel,
a todos los edificios del mundo/ pero no al mundo/
ni a una mujer/ni al alma/
es decir/a ese cajón o nave o lluvia que llamamos así/...
No mucho.
Claro, el jolgorio a su lado tampoco daba chance de decir más que hola y mirar sus manos.
Foto: Romina Bayo. |
Me autografió un poema.
El juego en que andamos.
No, no lo pude entrevistar. Pero una amiga me dice que mañana quizás pueda.
"Mañana". Tres de mayo.
Entré al bar del Teatro Nacional. Me senté. Bebí un capuccino de máquina. Se me acerca una amiga, que el día anterior me dijo que estaría ahí. Me cuenta algunas cosas y presiento que no podré entrevistarlo.
Gelman entra. Veo a algunas caras conocidas de la noche anterior. Lo acompaña un poeta dominicano, apellido Bobadilla, que no conozco pero que había hecho su referencia biográfica la noche de su recital.
La música estaba alta. La gente hablaba alto.
Pero me acerqué.
¿Para qué sirve la poesía?
¿Por qué no se lo preguntas a la poesía?
(Risas, de ambos)
Dos siglos antes de Cristo hubo un filósofo chino, cuyo nombre no me pidas que recuerde, que dijo que todo el mundo aprecia la utilidad de lo útil y nadie aprecia la utilidad de lo inútil. La poesía (no logró escuchar lo que me dice)... La poesía descubre a uno zonas interiores que no teníamos o que ignorábamos tener.
Si no hubiese sido poeta, ¿qué fuera hoy usted?
Bueno yo soy periodista, he vivido de eso… (me interrumpió el poeta Bobadilla) Pudiera ser ingeniero químico, mecánico (nuevamente el poeta Bobadilla interrumpe y contesta la pregunta. Le doy la espalda)…soy poeta y ya.
De la poesía no se vive…Yo escribo para vivir. Trabajo para vivir, pero escribo para vivir.
Me despido. Vuelve su cara a los aduladores. A Bobadilla. A algunos que se acercan a tomarse una foto con él.
Yo me quedó con su lluvia.
Foto: Romina Bayo. |
Un gran poeta Juan Gelman.
ResponderEliminarSu relato de ese evento es muy bello.
Estoy verde de la envidia!
ResponderEliminarYo admiro al hombre y espero leer su obra para también admirar al poeta.
Gracias por compartir!
Franklin P
Qué lindo...
ResponderEliminar:)
Y.
Antonio: Gracias por tu visita y por leer el texto. Y sí, un gran poeta. Sin duda.
ResponderEliminarFranklin P: Hulk! jejejjej Léelo. Es maravilloso.
Yalo: Tenemos que juntarnos!