Darío Jaramillo. Foto: Bernardo Pérez (periódico El País)
Por Argénida Romero
Santo Domingo. Ruido de botellas de cerveza que se destapan y pasan de mano en mano. Un fondo de voces. Jolgorio. La iluminación me recuerda al cabaret frente a casa de mi abuela, el que visite para buscar hielo cuando tenía 10 años y del que solo recuerdo la vellonera y a una pareja bailando muy apretada en la pista. Saco mi grabadora y le digo al poeta, ensayista y narrador colombiano Darío Jaramillo que me debe unas preguntas.
Adusto me dice que sí, que con gusto. Pero su insistente tos amenaza con boicotear la perseguida entrevista de hace dos días, cuando lo vi por primera vez en el acto de inauguración del III Festival Internacional de Poesía, el 19 de octubre. El ambiente no ayuda tampoco. Pero ninguno de los dos nos movemos de la pequeña mesa. Yo no quiero perder la oportunidad. El, supongo, no tiene salida.
Toma agua y se recupera. Entonces iniciamos un diálogo en una zigzagueante entrevista –en la que perdí con frecuencia el hilo de mis preguntas y Jaramillo el de su voz- sobre poesía, bibliotecas, un sol llamado Gabriel García Márquez y el narcotráfico.
Una frase que me llamó la atención de una de sus entrevistas que leí es su afirmación de que la poesía no es una profesión. ¿Qué es para usted la poesía?
Eso es muy difícil decirlo. Porque para alguien que le interese, que este entregado a la poesía, la poesía es lo más importante. Pero efectivamente no es una profesión. Uno no puede esperar vivir de la poesía, pero uno no puede vivir sin la poesía. Uno puede estar trabajando en lo que sea, y como la poesía aparece cuando le da la gana, se puede aparecer en cualquier momento y uno tiene que estar atento. Muchas veces uno no la puede recibir porque está en el trabajo del cual vive.
Siguiendo esa línea, y me gusta decir que es una pregunta cliché ¿Para qué sirve la poesía?
La respuesta es para todo y para nada. No tiene una utilidad concreta. La poesía no te salva el alma, no te cura las enfermedades, no te da con que vivir y, sin embargo, es necesaria para el que se entrega a la poesía. La poesía se vuelve lo más importante en la vida para el que está en eso. Quizás la primera lección de eso, de que no sirva para nada y sin embargo sea necesaria es que queda demostrado que hay muchas cosas que son absolutamente innecesarias y que no por eso son útiles. Es decir, la reivindicación de lo inútil en frente de un mundo en donde todo se mide por la actividad que tiene, por el valor económico que tiene. La importancia de la poesía para quienes estamos verdaderamente entregados a ella, contradice esa escala de valores que esta ordenada de acuerdo a la actividad económica, a la practicidad, al utilitarismo.
Usted que es de un país con una tradición literaria importante, ¿A quienes señalaría como escritores indispensables de Colombia, los que representan la literatura colombiana?
Es como dicen de Gardel. Primero está Gardel, después de Gardel no hay nadie y después puede estar cualquiera. En Colombia, primero está (Gabriel) García Márquez, después de García Márquez no hay nadie y después puede estar cualquiera. Puede estar, no sé, José Asunción Silva, para hablar de poetas, o puede estar cualquier narrador. Pero haciendo una metáfora de quienes son planetas y quienes son satélites, en Colombia hay un sol que es García Márquez, el resto son satélites o asteroides.
¿Y eso por qué? ¿Por qué cree que la “constelación literaria” de Colombia está gobernada por García Márquez?
Porque es un gran escritor, porque cada vez que lo leo me parece apasionante lo que escribe, porque no lo puedo soltar, porque se me hace maravilloso y no hay un escritor que le iguale.
Trabajó varios años en un proyecto que apoya la red de bibliotecas en Colombia. ¿Cómo funciona? ¿Qué significado y peso tiene en su país?
Cuando trabajaba era en el Banco Central de Colombia que tiene una organización cultural muy grande, tiene una red propia de bibliotecas públicas. A mí me tocó trabajar eso por muchos años, crear una biblioteca virtual como parte de toda esa red, que la puedes consultar. También ayudé como parte de la organización del banco a la elaboración de un plan nacional de bibliotecas públicas. La meta era poner quinientas bibliotecas en quinientas localidades diferentes del país. Mi experiencia es que el plan funcionó en las comunidades donde la gente se apropiaba de la idea de la biblioteca. Cuando sentían que la biblioteca era de ellos, en esas localidades la biblioteca funcionó. En las localidades donde veían la biblioteca como algo que les llegaba y no sabían muy bien que era, ahí fracaso. Lo que estoy diciendo es que el primer elemento para que una biblioteca sea importante es la importancia que le de la comunidad misma. Hay que tratar eso, en parte el plan no es llevar libros, sino que planees buscar las condiciones en cada comunidad que faciliten la apropiación de la comunidad de esa biblioteca. Eso es lo que creo es esencial.
Me gustaría preguntarle sobre Colombia, un país con una historia muy accidentada, violenta. Ahora parece estar, viéndolo desde afuera, un momento de paz. ¿Qué ha pasado en Colombia? ¿Es un signo de mejorías a sus problemas de violencia generada por el narcotráfico? ¿Está funcionando la política en contra el narcotráfico?
En primer lugar, no estoy muy informado, soy un ciudadano de a pie sin información privilegiada. Yo pienso que el problema sigue, que no se ha solucionado del todo a pesar de que pueda o no haber una ola de violencia. Mientras la droga sea ilegal el problema va a continuar. Porque las FARC van a tener oxigeno económico, porque la FARC va a continuar usando la cocaína para financiar su guerra. El día que la guerra sea legal, comenzará a solucionarse el problema.
Venganza
Ahora tú, vuelta poema,
encasillada en versos que te nombran,
la hermosa, la innombrable, luminosa,
ahora tú, vuelta poema,
tu cuerpo, resplandor,
escarcha, desecho de palabra,
poema apenas tu cuerpo
prisionero en el poema,
vuelto versos que se leen en la sala,
tu cuerpo que es pasado
y es este poema
esta pobre venganza.
¡Qué lindo título!, y qué pena, a la vez. No poder vivir sin poesía debe ser tremendo. Ahhhhhh, te adoro, Jaramillo, ni es una profesión ni tiene una utilidad concreta. Pero aquí la jodiste: "... que hay muchas cosas que son absolutamente innecesarias y que no por eso son útiles", porque es cierto. Mierda. Por más que la enfrente, al final siempre gana la poesía. Me recuerda a Becquer: "Podrá no haber poetas; pero siempre habrá poesía".
ResponderEliminarLindo, Arge.
Y.
Gracias por disfrutar de esta entrevista. :)
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