Te fuiste hoy, temprano. Supongo que dormías cuando tu corazón dejo de latir. Tranquilo, como merecías despedirte de este mundo.
Hoy recuerdo que al terminar de leer, por primera vez, uno de tus libros, te visualicé y desee conocerte sólo para hablar unos minutos contigo. Cuando abriste tu blog, brinque de alegría, pues te sentía más cerca y sabía que sería muy difícil que ese encuentro se diera. Hoy esa imposibilidad es una certeza.
Ahora que te vas sólo me queda decirte gracias. Gracias por haber existido y por habernos regalado tanta luz a los que hemos tenido la suerte de leerte. Sé que ese agradecimiento se hará eterno en el pensamiento de cada persona que, desde hoy, tome uno de tus libros por primera vez y, quizás igual que yo, desee haberte conocido para conversar contigo.
Donde estás ahora estaremos todos un día.
Vaya en paz Saramago, él eligió y cumplió su misión: darnos luz a traves de sus libros. ¡Qué pena que hombres como él no puedan vivir para siempre! Aunque claro, eso implicaría que los que no son como el también lo harían, así que nada. Lo disfrutamos, lo seguiremos disfrutando por generaciones. Saramago no ha muerto solo ha dejado del escenario.
ResponderEliminarNo lo sabía me enteré por un amigo a quien tuve el placer de presentarle a Saramago el escritor. Fíjate que jamás lo había oído mencionar, ¿puedes creerlo? Me entristeció, pero en los últimos años he tratado de ir asumiendo una actitud de resignación ante la muerte... y de intentar no desesperarme mucho cada vez que se me va alguien :(. Eso lo aprendí tras la muerte de mi amiga Ida -ah partida que me dolió esa!!!1
Saludos y gracias por permitirnos leer tus palabras de despedida para Saramago
Pienso que debió vivir más, desde el sentimiento que me embarga. Pero creo también que vivió lo suficiente.
ResponderEliminarSerá eterno a través de sus libros.
Gracias por acompañarte con estas palabras. Pasé por tu blog y también pude compartir las tuyas.
Abrazos, amiga.