Calzada con la esperanza hecha retazos de nostalgia, suspiro ante la media taza de café. No es mi culpa, ni la de nadie, simplemente se me juntaron las desganas en la garganta y no tengo fuerzas para despedirlas.
Es el momento de no ser. Es el momento de levitar absorta ante el espectáculo incongruente de lo indescifrable. Cansada del ruido, de las profecías, de las predicciones…incomoda en mi butaca.
Ansiosa de ser, me miro al espejo. Trato de rescatar eso de mí que conozco. Retomo el hilo de mi última sonrisa y espero.
Es el momento de no ser. Es el momento de levitar absorta ante el espectáculo incongruente de lo indescifrable. Cansada del ruido, de las profecías, de las predicciones…incomoda en mi butaca.
Ansiosa de ser, me miro al espejo. Trato de rescatar eso de mí que conozco. Retomo el hilo de mi última sonrisa y espero.
Un día cualquiera del 2005
No es mi culpa, ni la de nadie, simplemente se me juntaron las desganas en la garganta y no tengo fuerzas para despedirlas.
ResponderEliminarMe vi en esas lineas!
"Ansiosa de ser, me miro al espejo", Diablo!! (sorry por la palabra) te la comiste!!!!, que se yo! está frase me compró!
ResponderEliminarCreo que es la mejor forma de enfrentar las crisis existenciales, en mi caso, que resultan inexplicables.
ResponderEliminarQue belleza Argenida. Me encantò.
yo me identifiquè con esto:
Es el momento de no ser. Es el momento de levitar absorta ante el espectáculo incongruente de lo indescifrable.
Mientras mantengas la conexión a ese hilo todo llega a tener significado.
ResponderEliminarHay Argénida a veces, creemos que lo que vivimos sólo nos pasa a nosotras...pero cuando se escribe de una manera tan bella como lo haces tu, una se da cuenta que lo que sientes en un momento, otros lo han vivido también.
ResponderEliminarMuy buen blog.
Hola a todos. Que bueno tenerlos siempre por aquí, en mi rosal.
ResponderEliminarBienvenidas María y Judith, gracias por el regalo de construir sus puentes para cruzar a esta orilla.
Abrazos
Amiga, yo también me he sentido así a veces y me he buscado en el espejo y no me he encontrado, me he buscado hasta debajo de las sábanas e igual me siento perdida.
ResponderEliminarDe repente sucece algo, nimino casi siempre, milagroso, que me recuerda que me recuerda quien soy, que me permite encontrar ese hilo que a veces se nos enreda como si fuera el de Ariadna y nosotros tan sólo fuésemos un espejismo, parte de un mito.
Abrazos.
A mí me gustó lo de retomar el hilo de la última sonrisa y esperar...
ResponderEliminarSaludos por acá.
Querida, encontré tu bitácora un día por casualida, estaba en una lista de un blog que visité
ResponderEliminarAhora espero que llegue a mis manos un libro que reúna tantos textos bellos
Un abrazo